El escritor Jack Torrance (Jack Nicholson) realiza una entrevista de trabajo para el puesto de cuidador de invierno del aislado, viejo, enorme y hermoso hotel Overlook. En la entrevista, el gerente del Overlook, le cuenta unos hechos trágicos que ocurrieron tiempo atrás, en los que el hombre que ocupaba el puesto que va desempeñar Torrance, mató a su familia y posteriormente se suicidó con una escopeta. Haciendo caso omiso de la historia, Jack lleva a su esposa, Wendy (Shelley Duvall) y a su hijo Danny (Danny Lloyd) a vivir con él durante el tiempo que va a estar en el hotel. Sucede que Danny, tiene un poder misterioso conocido como "El resplandor" que le muestra cosas del pasado y el futuro. Algunas de las visiones vienen de Tony, "el niño que vive en la boca de Danny", según dice él, una especie de amigo invisible. Danny se reúne con Dick Hallorann, el cocinero del hotel, en su primer día de estancia allí, Hallorann también tiene "El resplandor" y le advierte sobre la siniestra habitación 237, diciéndole que no entre nunca en ella. Conforme pasan los días, Danny tiene visiones de los clientes y empleados anteriores que ya han fallecido, por su parte Jack empieza a conducirse de una manera que no es normal, volviéndose más y más agresivo, hasta el punto en que Danny y Wendy están convencidos de que Jack podría tratar de hacer lo mismo que hizo el antiguo cuidador.
El guión se basa en un relato de Stephen King y aunque mantiene el espíritu del mismo, Kubrick y Diane Johnson, autores del mismo, en cierto modo crean un relato nuevo, ya que alteran bastantes cosas del mismo, algunas de ellas sustanciales.
Aunque una parte de la crítica se centra mucho en la labor del realizador, no podemos olvidarnos de las buenas interpretaciones que logran sus protagonistas, con un Nicholson que saben ir graduando de maravilla la trasformación de su personaje hasta ser uno de los paradigmas del desequilibrado.
Un film que forma ya parte de la historia del cine y que es todo un referente del género de misterio y terror, con todos esos detalles que lo hacen único, desde la iluminación hasta la cuidada ambientación o los detalles técnicos de los que tanto se ha hablado.
La película atrapa desde el principio, con esas espectaculares imágenes aéreas al compás del Dies Irae, consiguiendo de forma paulatina que el miedo, la agonía de los personajes y la inquietud, se vayan apoderando de ti de una forma única.
Jamás un simple triciclo conducido por un niño, creó tanto desasosiego.
Mucho Kubrick, como en todas sus películas...
ResponderEliminarPalabras mayores.
EliminarMe parece una gran película. De hecho ya es un clásico del cine.
ResponderEliminarSalud Trecce.
Enefecto, lo es.
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