viernes, 13 de febrero de 2015

CUMBRES BORRASCOSAS

Cumbres Borrascosas es la casa familiar de los Earnshaw, situada en los páramos de Yorkshire. Un día, el padre, regresa a casa tras un viaje a la ciudad y viene acompañado de un rapazuelo al que ha recogido en la calle, sucio y hambriento. Ordena que le den de comer, le laven y le vistan. El pequeño, al que ponen el nombre de Heathcliff, crecerá como un miembro más de la familia, sin embargo, el primogénito de los Earnshaw, Hindley, siempre le tratará como a un criado, situación que se recrudece con la muerte del viejo señor Earnshaw, entonces Heathcliff pierde a su principal valedor y es enviado a vivir a las cuadras, donde trabajará como mozo.
Su relación con Catherine Earnshaw (Merle Oberon), será bien distinta, ambos crecen como hermanos y con el tiempo, algo más que una simple relación fraternal, surge entre ambos.
Sin embargo, Heathcliff (Laurence Olivier) es pobre y no puede ofrecer ningún futuro a la caprichosa e inmadura Cathy, que comienza a coquetear con Edgar Linton (David Niven), heredero de uno de los fundos vecinos a Cumbres Borrascosas. Heathcliff, desesperado por la situación, se marcha en busca de fortuna. Cuando regresa a los Páramos, Cathy se ha casado con Edgar, algo a lo que Heathcliff no se resigna y que será fuente de conflictos para él y para quienes le rodean.


Adaptación de la novela del mismo título de la autora británica Emily Brontë, el guión prácticamente suprime la mitad de los capítulos, centrándose en la tormentosa relación de los dos protagonistas. Con ello renuncia a las descripciones del paisaje que rodea Cumbres Borrascosas en las distintas épocas del año, uno de los fuertes de la novela, para pintarnos un panorama tenebroso de novela gótica que trata de reflejar el alma atormentada de Heathcliff, verdadero centro de la historia que narra el film que renuncia también a prestar más atención al resto de personajes.


Brillan con luz propia unas cuantas estrellas de las que conforman el cartel de la película, así no podemos dejar de citar la conseguida actuación de Laurence Olivier en su debut hollywoodense; la preciosa fotografía de Gregg Toland, que le valió el único Oscar de los ocho a que estaba nominado el film y la espléndida banda sonora del maestro Alfred Newman que ya desde la primera escena, acompañando la ventisca nocturna, deja su sello de calidad.
William Wyler hace un trabajo profesional en la realización, si bien hubo de tragar con muchas cosas que impuso el productor Samuel Goldwyn, que consideraba suya la película, al punto de declarar que Wyler tan sólo se había limitado a dirigirla.
Muchos clásicos juntos en este producto, desde la misma novela, hasta los nombres que hemos ido citando y, aún cuando no estamos ante un gran film, si merece la pena verlo y disfrutarlo.




10 comentarios:

  1. Me compré la novela con bastante ilusión y me pareció aburridísima

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    1. Creo recordar que ya habías comentado en alguna ocasión que no era santo de tu devoción.

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  2. La he visto Trecce y también leí la novela, creo que está bastante bien. Si no lo he soñado yo, creo recordar que hace muchos años la pasaron por televisión en una serie de varios capítulos.

    Saludos y buen fin de semana.

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  3. Hola Trecce. Leí la novela hace poco y quedé impresionado. La película la vi cuando era un niño y no la recuerdo, pero mejor, porque me dolería más esa mutilación a esta obra maestra.

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    1. Y eso que tiene un cartel envidiable, pero aunque la adaptación no está mal, creo que no es la definitiva, ni las que se han hecho después, tampoco.

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  4. El making of de la peli es para escribir un libro, por lo mal que se llevaban unos con otros, que si Laurence me escupe al hablar, que si Wyler es un maniático, etc. A pesar de todo salío bastante bien: para mí, junto a la de Buñuel, una de las mejores adaptaciones de la novela.

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    1. Y Goldwyn, que al fin y al cabo ponía la pasta, metiendo las narices en todo, como en esa horrible escena final de la que Wyler abominaba y que fue añadida con el rodaje ya terminado.
      Como película me parece que esta tiene más empaque, pero como adaptación, me parece mucho mejor la de Buñuel, que traslada mejor el perfil de los personajes de la novela.

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  5. Hay problemillas con el envío de comentarios, amigo Trecce. Repito éste enviado hace unos días, y que coincide con ethan; la de Buñuel, Abismos de Pasión es potente-potente. Admirado el libro por surrealistas. Tal vez los actores, impuestos, no fuesen adecuados, pero así y todo...

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    1. Las adaptaciones de grandes clásicos, siempre dan lugar a jugosas controversias.

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