En 1614, dos años antes de la muerte de Cervantes, se publica "Viaje al Parnaso" (o "Viaje del Parnaso"), una obra compuesta en tercetos reales en la que el autor de El Quijote muestra su queja por el escaso reconocimiento que ha tenido como poeta.
Cervantes utiliza como excusa el mandato que le da Apolo a través de Mercurio para que dirija una nave repleta de buenos poetas a librar una batalla en el monte Parnaso contra los poetastros a fin de que, victoriosos los primeros, se ensalce el valor de la Buena Poesía.
Considerada como obra menor frente al Quijote o las Novelas Ejemplares, el Viaje del Parnaso no por eso ha dejado de despertar el interés de los cervantistas, como puede comprobarse en las muchas ediciones, traducciones e interpretaciones que ha suscitado desde el Romanticismo. Pero se trata de un interés orientado, pues más que la estructura y el significado del poema en conjunto, lo que ha preocupado a gran parte de los comentaristas ha sido el nexo del Viaje con sus fuentes y, en particular, con el precedente en el cual el propio Cervantes nos dice haberse inspirado, el Viaggio in Parnaso, de Cesare Caporali. Otros eruditos se han dedicado más bien a identificar a los poetas encomiados o satirizados por el narrador durante su periplo, aclarando las indicaciones que nos aporta, mediante este recurso, acerca de la vida.
En el cole el gran empeño que tenían era que leyéramos el Quijote, así que todas las demás obras quedaban ensombrecidas por el tochazo, que aunque sea entretenido no sé si es la mejor idea para inculcar la saludable afición a la lectura en infantes remisos...afortunadamente no era mi caso porque ya venía leída de casa, pero creo que en general no han estado muy orientados en los panes de estudios.
ResponderEliminarDe todo ha habido, entre ellos, profesores que no se han estado precisamente acertados a la hora de inculcar cierto amor a la lectura y, en ocasiones, lo que han conseguido es, más bien, el efecto contrario.
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