CRISTIADA (FOR GREATER GLORY: THE TRUE STORY OF CRISTIADA)

México 1926, pocos años después de la revolución, la precaria relación entre el gobierno mexicano y la Iglesia Católica, se deteriora mientras el Presidente, Plutarco Elías Calles (Rubén Blades), comienza a hacer cumplir estrictamente las leyes anticlericales incluidas en la Constitución Mexicana de 1917, los sacerdotes que critican al gobierno, son sentenciados a cinco años de cárcel; todos los obispos, padres, y ministros nacidos en el extranjero, son deportados; queda estrictamente prohibido el uso de vestimentas religiosas en público...

Debido a esto, surgen organizaciones civiles contra las nuevas leyes, con medios pacíficos, como la Liga Nacional por los Derechos Religiosos, pero más adelante, hombres y mujeres que no temen poner en peligro sus vidas, tomaron las armas en todo el país y se unen a la lucha por la libertad de culto, son los llamados cristeros.

Conscientes de la superioridad de las tropas federales y de que la desconexión entre los grupos armados que se oponen al gobierno supone un debilitamiento de su fuerza potencial, deciden buscar la unificación del mando y ponerse en manos de un experto.

A tal fin, ofrecen al general Enrique Gorostieta (Andy García) que se ponga al frente de las tropas. Gorostieta sirvió en el ejército en tiempos de Victoriano Huertas y ahora está retirado, regentando una fábrica de jabones de su propiedad. Aunque Gorostieta tiene fama de agnóstico, acepta el encargo y se pone al frente de los cristeros, a cambio de un sueldo.

La película tiene buena factura técnica, no en vano su director, Dean Wright, aunque debutante como tal, tiene sobrada experiencia como director artístico en películas de renombre, pero en lo demás, se queda en las buenas intenciones, es como si estuviera desenfocada en la manera de trasladar la historia en que se basa, que no es otra que el conflicto conocido como la Guerra de los Cristeros, que asoló algunos estados de México entre 1926 y 1929. El film se centra en la peripecia del general Gorostieta y en la del niño José Sánchez del Río (Mauricio Kuri), que fue cruelmente torturado y asesinado por las tropas regulares.

Muchos han tildado a la película de maniquea, no sin razón, ya que ni se explican las causas del levantamiento cristero, ni las consecuencias que tuvo, consecuencias que han perdurado hasta nuestros días, haciendo de la Iglesia católica mexicana un caso peculiar en el orbe latinoamericano; la película se limita a plantear un conflicto reducido a buenos y malos, sin profundizar en nada más.

Por otro lado, también están los que opinan que el camino adoptado por el film a la hora de exponer unos hechos que manipula en el sentido de que hay que cosas a las que da mucha importancia, otras por las que pasa de puntillas y otras más que, sencillamente, evita, es lo mismo que hacen algunas historias (libros o películas) de signo contrario, pero que, sin embargo, son ampliamente celebradas por eso que se ha dado en llamar la progresía intelectual.

A mí, estas actitudes un tanto tendenciosas, no me agradan vengan de donde vinieren.

Cierto es que lo que desarrolla el guión sucedió así, a grandes rasgos (incluida la historia del pobre José Sánchez, beatificado después por Benedicto XVI), pero repito, ni explica causas, ni consecuencias.

Para hacerse una idea de lo que fue un conflicto que por estos lares resulta casi desconocido, está bien, pero si les interesa el tema, mi consejo es que amplíen la información, que la hay, y bastante buena, con trabajos serios y documentados.

El que pase de la Historia y sólo quiera ver una película, sin más, encontrará un film entretenido, con algunas escenas interesantes, buena fotografía y que le hará pasar el rato, sin mucho más.

Y no os dejéis engañar por el casting, Eva Longoria y Peter O'Toole, apenas tienen papeles testimoniales.