martes, 3 de julio de 2012

RITMO LOCO

El gran Petrov (Fred Astaire), en realidad el seudónimo de Peter P. Peter, un conocido bailarín de ballet, está enamorado secretamente de Linda Keene (Ginger Rogers), artista de variedades a la que no conoce personalmente y de la que ha quedado prendado a través de fotografías. Su pretensión es casarse con la bailarina, por lo que al enterarse de que ella se va a embarcar en un trasatlántico de lujo en el que regresa a Nueva York, decide hacer lo mismo para hacerse el encontradizo.
A tal tiempo aparece una antigua pretendiente de Petrov, Lady Denise Tarrington (Ketti Gallian) que acaba de divorciarse y que quiere "atrapar" al bailarín. Para librarse de ella, el agente del artista (Edward Everett Horton), inventa una historia y le dice a Lady Denise que Petrov está casado.


No es la mejor película de la pareja Astaire y Rogers, ni mucho menos, pero es otro de esos deliciosos productos musicales con los que la RKO deleitaba al público de la época.


La relación de esta pareja cinematográfica, quizá la más famosa de la historia del cine, al parecer no tenía nada que ver con el amor y sí mucho con eso que llamamos química, pero ya no atravesaba por el mejor momento. Al relativo fracaso de su anterior film (subrayo lo de relativo), hay que unir los celos de Ginger Rogers que, por lo que parece, no estaba muy alta de moral tras leer algunas críticas en las que se ensalzaba la calidad artística de su partenaire, sin que la pusieran a ella a la misma altura.


Aparte de la típica historia de enredos, sin mucha calidad argumental que digamos, la película tiene algunas cosas remarcables, por ejemplo el original y vanguardista número musical en el que Fred Astaire baila en la sala de máquinas del barco acompañado de una jazz-band compuesta por los maquinistas del crucero y en la que se incluyen efectos con las sombras de las máquinas.


Por otra parte están los secundarios, Horton y Eric Blore, durante buena parte del film son más que simples secundarios y los momentos más divertidos del film vienen de su mano. Un auténtico lujo contar con ellos.


Otro film en el que se retrata esa sociedad glamourosa y desocupada, el marco elegido para que Fred Astaire y Giger Roger luzcan, de nuevo, sus hablidades. Quizá la última de las grandes películas que hicieron juntos.




6 comentarios:

  1. la verdad, se movían de lujo. Muy buena reseña.
    saludos blogueros

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    1. Daba gusto verlos. Sobre todo lo de Fred, es un portento.

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  2. Los números de la gran pareja son maravillosos.Sin dejar de lado la música de George Gershwin para esta ocasión.

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    1. Es cierto, Manuel, la música de Gershwin es fundamental en el film.

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  3. ¿Y la decoración? ¿Qué contáis de ese "art decó" tan depurado? Fijaros bien en los suelos, en los estucados de las paredes, los tejidos de alfombras y cortinajes (pese a la inverosimilitud que suponen espacios escénicos tan grandes. ¡Ah, el cine!
    Y, una vez más, muchas gracias a Trecce por recordar obras tan interesantes...

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    1. Y es que además, todo eran interiores. Estas pelis se rodaban en estudio. Después llegarían Gene Kelly & cia. para convencer a los productores que había que salir a la calle.

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