¿QUÉ EUROPA?

Con todos estos altibajos (más bajos que otra cosa) que nos está dando la economía, salen expertos por todos lados que no paran de darnos recetas. Que algunos "expertos" hablemos de estas cosas, no tiene mayor trascendencia que la de hacer más o menos el ridículo. Pero hay otros que mejor que se callaran, aunque sea por vergüenza, por la parte que han tenido en la debacle, o porque, dado el puesto que ocupan, deberían medir sus palabras, al fin y al cabo, no es lo mismo escuchar mis tonterías, que las de algún presidente del gobierno, jefazo de algún banco, líderes sindicales o presidentes de patronales varias.

Entre las muchas cosas que se oyen y leen, está esa cantinela de que algunos países somos un desastre y otros son la repera en eficacia y otras gaitas. Algo de cierto hay en eso, es verdad que algunos gobiernos han sido más resolutivos que otros, pero uno está un poco harto de que España es una mierda y Alemania es un eterno milagro económico.

Alemania perdió una guerra, quedó hecha escombros y recibió un chorrazo de dinero americano (Plan Marshall). España salió de una guerra civil, quedó como un erial y recibió una buena inyección de dinero americano.

¡Ah, perdón! ¿que no recibió ni un dólar? ¿Y entonces cómo hemos llegado hasta aquí siendo como somos una mierda?

Si queremos una Europa que funcione algo, sólo cabe una receta (bueno, supongo que más, pero es un modo de hablar): Cesión de soberanía que posibilite un sistema solidario entre grandes y pequeños, ricos y pobres (como ocurre en España, ni más ni menos, al menos de momento) y armonización fiscal y económica que nos libre o haga más llevaderos los ataques de los especuladores.

De lo contrario, de triunfar las tesis nacionalistas en las que se encastillan algunos (o todos, empezando por la Sra. Merkel), Europa peligra como unión presente o futura, porque como falle esta vez, no se si se volverá a pujar por ella.