martes, 8 de marzo de 2011

ANNIE HALL

Hay muchos artistas (pintores, escritores, cineastas...) cuya trayectoria tiene un antes y un después, frontera que marca, en ciertas ocasiones, alguna de sus obras.
Aquí estamos ante uno de esos productos que señalan una frontera. Allen pasa a ser el autor que conocemos a partir de este momento, abandona esa manera de hacer que parece embarullada (digo parece) y se sosiega un poquito, como si alcanzara un primer peldaño de madurez.
De este film se ha hablado mucho y se seguirá hablando, supongo, entre otras cosas por eso, porque supone la consagración del director neoyorkino, que recibe el reconocimiento de Hollywood en forma de oscars (película, director, guión original y actriz), pero también su bendición, la de la crítica y la del público, para que traspase el umbral que lleva hacia el territorio de los elegidos.
Quien no guste del cine mas que como puro entretenimiento, se puede ver decepcionado por esta película, preguntad a cualquiera que no deguste otros aspectos, que no aprecie otros detalles sino el de divertirse con una peli y os encontraréis con furibundos detractores, de esos que te dicen que se durmieron viéndola y que no entienden cómo ha alcanzado el nivel de valoración que tiene en la actualidad.


Lo que es evidente es que Woody Allen ha madurado, ya no se limita a una continua sucesión de chistes, aquello tiene otra pinta, sus frases y sus diálogos son más profundos, bastante más elaborados, lo mismo que las imágenes y el arriegado planteamiento, a pesar de las innovaciones, esta vez acierta con ellas y se deja de los experimentos, muchas veces fallidos, de alguno de sus anteriores trabajos, aunque se ve que le ayudaron a aprender.


Me encantó la forma que tiene de romper la estructura lineal del film, sobre todo cuando lo hace a través de intervenciones del protagonista cortando el desarrollo habitual de la acción y me pareció antológica (pero esto es por gusto personal, que conste) la escena de la cola del cine, en la que después de decir que no le gusta ver las películas empezadas (llevan dos minutos de proyección), está a punto de estallar oyendo como pontifica un tipo que está detrás de él sobre Marshall McLuhan y se sale de la cola, para preguntarle al propio McLuhan si es cierto lo que aquel tipo defiende que quería decir en sus obras. La respuesta, claro está, es que no. La de veces que me hubiera gustado a mí poder hacer eso.
Por cierto que Allen tenía pensado, en vez de a McLuhan, haber llevado a Fellini, e incluso se ha hablado de que pensó en Luis Buñuel.


Tampoco voy a hablar de todos los aspectos de la peli, porque ya digo que se ha hablado mucho sobre ella y cualquiera puede encontrar magníficas críticas y trabajos sobre Annie Hall.
Quiero hablar aquí de un asunto que quizá a algunos les parezca banal y es lo que supuso el look de Diane Keaton, esas ropas de corte masculino que luce en varias de las secuencias de la peli y que pusieron de moda esa manera de vestir, hasta el punto de que en muchas páginas dedicadas al mundo fashion en la actualidad, la protagonista de Annie Hall es tomada como un verdadero icono de esta tendencia.
Y alguna curiosidad, como la de ver en pantalla a Paul Simon, la fugaz aparición de Jeff Goldblum hablando por teléfono o el debut de Sigourney Weaver, como alter ego de Annie Hall.


Una peli muy recomendable sobre las relaciones de pareja y en la que encontramos al paradigma de ese Allen que todos imaginamos cuando hablamos de él, porque Alvy Singer, es ese tipo neurótico, chistoso, enamoradizo, con unos cuantos temores y miedos que trata de curar acudiendo al psicoanalista sin éxito y preocupado por el papel de los judios en el mundo actual, en definitiva, Woody Allen.



6 comentarios:

  1. A ver si es verdad que ha regresado Woody, porque en mi opinión se perdió hace años.


    un saludo

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  2. Desde luego, en esta peli, que es de la que estamos hablando, sí estaba.

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  3. Si alguien - que no conoce a Allen y no ha visto ninguna de sus películas - quiere saber quién es y cual es su cine, "Annie Hall" es la película perfecta para ello.
    A mi juicio reune todos los condicionantes y aspectos del universo de Allen, sus tics,manías, referentes...

    Señalar que tiene una maravillosa fotografia y que cada encuadre demuestra el amor profundo que Allen siente por su ciudad, por esa Nueva York mágica.

    Coda;

    A mi "santo" le encanta Keaton y no hay ocasión en que no me recuerde que está mucho más atractiva en su madurez que cuando era joven y rodó "El Padrino", "Annie Hall" o "Reds" con Beatty.

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  4. Siempre se ha dicho que es una especie de autobiografía.

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  5. Para los muy cinéfilos recomiendo leer el guión editado por Pastanaga Editors en 1978, es una delicia. Con Manhattan, para mi gusto, las mejores. La voz de Alvy final con aquello de " Doctor, mi hermano está loco. Se cree una gallina"... etc Genial. Un saludo

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  6. En efecto, Manuel, el guión es magnífico.

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