Travelling aéreo que nos lleva sobrevolando el Támesis hasta el Puente de Londres, la música de Ron Goodwin acompaña nuestro viaje con una melodía que a mí me recuerda el "God save the King"
Y es que el rey ha vuelto, retorna a su Londres y lo hace por la puerta grande.
Tras los fiascos de sus últimos films, Hitchcock vuelve por sus fueros en una peli a la que le tengo especial cariño. No sé muy bien por qué, quizá fuera la primera que vi de él, quizá fuera la primera de las suyas que me enganchó, el caso es que está entre mis predilectas.
Algunas de las constantes del cine de Hitchcock están aquí, al menos algunas de las que le han dado fama.
Vuelve a bucear en una mente enferma, retorna a algunos momentos de suspense impagables, retoma la historia del falso culpable y se explaya a sus anchas con un humor que a veces es negro y otras incluso macabro, pero con una elegancia y un estilo que arranca sus buenas dosis de sonrisas.
Y es que el rey ha vuelto, retorna a su Londres y lo hace por la puerta grande.
Tras los fiascos de sus últimos films, Hitchcock vuelve por sus fueros en una peli a la que le tengo especial cariño. No sé muy bien por qué, quizá fuera la primera que vi de él, quizá fuera la primera de las suyas que me enganchó, el caso es que está entre mis predilectas.
Algunas de las constantes del cine de Hitchcock están aquí, al menos algunas de las que le han dado fama.
Vuelve a bucear en una mente enferma, retorna a algunos momentos de suspense impagables, retoma la historia del falso culpable y se explaya a sus anchas con un humor que a veces es negro y otras incluso macabro, pero con una elegancia y un estilo que arranca sus buenas dosis de sonrisas.
Es quizá la película en la que más se apoya en los diálogos, contra costumbre, ya que solía preferir contarnos las cosas por medio de imágenes. Sin embargo les da un toque original, las teorías sobre el trastorno psicopático del asesino, se producen en la barra de un bar, donde también tienen lugar algunos otros intercambios verbales que tienen cierta importancia en el desarrollo del film. Y las actuaciones de la policía, nos la revela a través de las conversaciones del inspector Oxford y su esposa (Alec Mc Cowen y Vivien Merchant). Impagables, de lo mejor de la peli, consigue trasladarnos a un escenario de comedia con una ingeniosa y demoledora crítica a la "nouvelle couisine", de lo más divertido que he visto.
No obstante, la peli está llena de estos toques de humor tan geniales, que arrancan ya en el principio, cuando el político de turno habla sobre la limpieza del Támesis y aparece en sus aguas el cadaver de una mujer desnuda con una corbata al cuello.
Ni que decir de una de las mejores escenas (si no la mejor) en la que el asesino ha de rescatar un alfiler que ha quedado en la mano de su última víctima y ha de hacerlo chapuceramente a base de romperle los dedos. Un compendio de suspense y humor de ese que yo llamaba macabro.
Los actores son todos ellos desconocidos para el gran público. El protagonista (John Finch), no se nos presenta como nuestro favorito, ni mucho menos, sino todo lo contrario, es un personaje que puede llegar a ser desagradable, en la entrevista que tiene con su exmujer, rápidamente nos ponemos de parte de ella y algo parecido sucede en otros pasajes de la película.
Bastante digna la interpretación de Barry Foster como psicópata, el personaje central que llega a eclipsar un tanto al resto y buenas interpretaciones también del matrimonio antes mencionado del inspector y señora.
La peli tiene buenos momentos de suspense y los comentados de humor y aparte del tema del falso culpable y de la psicopatía, hace también referencia a lo engañoso de las apariciencias, al egoísmo de las personas y a la injusticia.
La fotografía, alcanza un nivel superior que el de sus anteriores filmes en cuanto a contrastes en el cromatismo.
Me gustó el plano en el que con la cámara al hombro (¿se llama Stedy-cam a esto?), nos hace bajar las escaleras de espaldas hasta salir al silencio de la calle, en una magnífica elipsis sobre lo que le espera a la pobre novia del protagonista que ha subido a casa del asesino.
Un homenaje de Hitch a su ciudad natal, con el retrato de sitios de sobra conocidos para él (Covent Garden, Oxford Street, Puente de Londres...) y que quizá ya no eran entonces tal y como nos los muestra, sino como los veía en su memoria.
Seguramente la última gran película que nos regaló el gran maestro, con un tramo final magnífico, combinando intriga, interés, momentos brillantes y situaciones de humor.
Yo tambien soy un enamorado del cine realizado por Hitchcock. ¡Que diferencia de sus películas con el cine que se realiza en España!
ResponderEliminarSaludos cordiales
Es de las pocas que he reseñado de Hitchcock (hay que hablar más del maestro). Y dices lo de los diálogos, pues a mí lo que más me gustó de la peli fue un plano de una puerta, sin diálogos, sin palabras. No hacen falta, todos sabemos lo que está pasando detrás.
ResponderEliminarSaludos!
Hitchcock es ya un clásico y una apuesta segura.
ResponderEliminarGracias por el comentario, José Luis.
Las imágenes, por supuesto siguen teniendo un lugar sobresaliente en una peli de alguien que dominó como nadie la técnica visual. Lo que quiero decir es que en esta película, dando por hecho lo anterior, los diálogos cobran especial brillantez e importancia, algo que no era tan común en sus films.
ResponderEliminarUn saludo Ethan, sigo con deleite tus artículos sobre el Festival de Sevilla.
Aportemos alguna curiosidad:
ResponderEliminarCensura: Rollo 3 Reducir el intento de violación, suprimiendo los desnudos.
Rollo 5 Suprimir todos los planos de la mujer al levantarse,
Rollo ll Suprimir la frase" Manías religiosas y sexuales están estrechamente unidas"
Rollo 12 De los planos de la mujer asesinada, cuando se la ve totalmente desnuda, suprimir el segundo, dejando el primero reducido a un simple "flash".
Curioso? El censor se metía a montador. Era 1972. Hitckcock- Es una peli con un humor negro muy británico. Un saludo cinéfilo
Es ese afán de "educarnos" a los demás. En fin.
ResponderEliminar