Tercera entrega de la saga romana de Colleen McCullough y en nada desmerece de las dos anteriores.
Desde que leí su primera novela de la serie ("El primer hombre de Roma"), cada vez que encuentro algo referido a esta autora o alguna de estas obras sobre Roma, echo un vistazo y he leído alguna vez críticas que le achacan falta de épica o dificultades a la hora de seguir la evolución de los personajes, porque son muchos los que cita.
Bueno, sobre estos pareceres, ya sabéis que cada escritor tiene su estilo y sus preferencias, yo creo que las obras de McCullough, carecen en efecto de esa épica que buscan aquellos a quienes gustan las batallas, por ejemplo. Ella no se detiene especialmente en estos asuntos, le da lo mismo un enfrentamiento armado, que una reunión del Senado o los problemas familiares de tal o cual personaje, puede detenerse el mismo tiempo en explicarnos cualquiera de estas circunstancias tan diferentes.
Sin embargo, el conocimiento de la época y el entorno que tiene McCullough, es extraordinario, sus descripciones pormenorizadas de situaciones de todo tipo, hacen que, por momentos, nos olvidemos de los más de dos mil años que nos separan de los acontecimientos que nos está narrando.
En cuanto a lo de que tantos personajes resultan un lío a la hora de seguir la trama, yo creo que en ese asunto se trata de separar el grano de la paja. Si está narrando circunstancias de la vida de Sila, por ejemplo, que cite a Metrobio (su amante), a la esposa de turno, a Aurelia, a Cayo Mario, a Cinna, y a tantos otros nombres de personas o lugares, no debe distraernos de que se nos habla de Sila, lo otro, el resto, es acompañamiento, que da verosimilitud y datos concretos a la historia, pero es cosa de cada cual si pretendemos quedarnos con todos los nombres.
En definitiva, magnífica novela, con una recreación de la guerra en Hispania entre Cneo Pompeyo y Metelo Pío, por un lado y Quinto Sertorio, por otro, que ha sido la parte que más me ha gustado, quizá porque sea la que más de cerca nos toca.
Desde que leí su primera novela de la serie ("El primer hombre de Roma"), cada vez que encuentro algo referido a esta autora o alguna de estas obras sobre Roma, echo un vistazo y he leído alguna vez críticas que le achacan falta de épica o dificultades a la hora de seguir la evolución de los personajes, porque son muchos los que cita.
Bueno, sobre estos pareceres, ya sabéis que cada escritor tiene su estilo y sus preferencias, yo creo que las obras de McCullough, carecen en efecto de esa épica que buscan aquellos a quienes gustan las batallas, por ejemplo. Ella no se detiene especialmente en estos asuntos, le da lo mismo un enfrentamiento armado, que una reunión del Senado o los problemas familiares de tal o cual personaje, puede detenerse el mismo tiempo en explicarnos cualquiera de estas circunstancias tan diferentes.
Sin embargo, el conocimiento de la época y el entorno que tiene McCullough, es extraordinario, sus descripciones pormenorizadas de situaciones de todo tipo, hacen que, por momentos, nos olvidemos de los más de dos mil años que nos separan de los acontecimientos que nos está narrando.
En cuanto a lo de que tantos personajes resultan un lío a la hora de seguir la trama, yo creo que en ese asunto se trata de separar el grano de la paja. Si está narrando circunstancias de la vida de Sila, por ejemplo, que cite a Metrobio (su amante), a la esposa de turno, a Aurelia, a Cayo Mario, a Cinna, y a tantos otros nombres de personas o lugares, no debe distraernos de que se nos habla de Sila, lo otro, el resto, es acompañamiento, que da verosimilitud y datos concretos a la historia, pero es cosa de cada cual si pretendemos quedarnos con todos los nombres.
En definitiva, magnífica novela, con una recreación de la guerra en Hispania entre Cneo Pompeyo y Metelo Pío, por un lado y Quinto Sertorio, por otro, que ha sido la parte que más me ha gustado, quizá porque sea la que más de cerca nos toca.
Qué interesante, me suena muchísimo Cneo Pompeyo, no sé si es el que puso el nombre a Finisterre pero creo que no..
ResponderEliminarA Pamplona (Pompaelum) precisamente durante las guerras sertorianas.
EliminarLa historia de la antigua Roma, amigo Trece, es siempre muy interesante, la mires desde el ángulo que la mires. Da igual que sea puramente historia o que cuente hechos ocurridos en esa época en Roma de manera novelada. Hasta las películas son interesantísimas. "Yo Claudio" la habré visto decena de veces y siempre encuentras detalles nuevos.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Vete tu a saber, Vir. Las familias patricias (pompeyos, julios, claudios...), tenían unos nombres preferidos, que siempre se repetían y entre los pompeyos el nombre de Cneo era uno de esos nombres que se repiten, así que pudo haber sido algún pariente de este de las guerras con Sertorio, que no llegó nunca tan lejos (me refiero a Finisterre)
ResponderEliminarEs que mentar "Yo, Claudio", es hablar de palabras mayores.
ResponderEliminarLas novelas de Robert Graves ("Yo, Claudio" y "Claudio el dios") son magníficas, pero la serie de la BBC, que engloba las dos, es una maravilla.