miércoles, 10 de julio de 2024

4 MESES, 3 SEMANAS, 2 DÍAS

 


Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu; el control de la natalidad es ilegal y el aborto es un delito. Otilia (Anamaria Marinca) y Gabita (Laura Vasiliu) son estudiantes y comparten habitación en una residencia universitaria. Gabita está embarazada, pero no quiere tener al niño. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Sr. Bebe (Vlad Ivanov) para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel.


Es cierto que en la película queda patente la situación que se vivía en Rumanía en los últimos años de la dictadura, que el miedo se palpa en muchas escenas, incluso las que reviven situaciones cotidianas, y no menos cierto que podemos interpretarla como un canto a la amistad llevada al extremo, porque lo que Otilia hace por su infantil y desnortada amiga Gabita, va mucho más allá de lo que cualquier ser humano haría en circunstancias similares, pero Cristian Mungiu, su realizador, comentó cuando presentó su película en el Festival de Cannes de 2007, en el que obtuvo la Palma de Oro que el film Es sobre todo una historia de elecciones personales. Es también una historia sobre las consecuencias sutiles y a menudo invisibles del adoctrinamiento (...) Pero es, principalmente, una historia sobre el aborto, en una época donde estaba considerado como un acto de libertad y de protesta contra el régimen comunista, que prohibía el aborto con el fin de aumentar la mano de obra disciplinada.
Y es que en Rumanía, no sólo el aborto era ilegal, sino también la anticoncepción. En un esfuerzo por aumentar la población menguante, el régimen dictatorial comunista había emitido el Decreto 770 en 1967 que prohibía no sólo el aborto sino también los medicamentos anticonceptivos. Las mujeres al principio de la película obtienen sus píldoras anticonceptivas ilegalmente a través del mercado negro, así como productos de lujo como jabón y cigarrillos. 
La prohibición del aborto en Rumanía desde 1966 llevó a la muerte a más de medio millón de mujeres en veinte años. 


La película no se muestra a favor o en contra del aborto, plantea una cruda situación y será el espectador el que haya de sacar sus propias conclusiones. Es evidente que el tema tratado provoca controversia, pero el film trata de huir de la obscenidad y el morbo, aunque es cierto que eludiendo algunas situaciones muy duras que transcurren fuera de cámara, no esconde otras no menos impactantes, como si en un determinado momento, el realizador dejara de lado su imparcialidad para mostrarnos aquello que el espectador esperaba no tener que ver.




6 comentarios:

  1. La vi en su momento en el cine y me gustó aunque por momentos me pareciese algo lenta. Las opiniones sobre el aborto están muchas veces influenciadas por fuertes ideologías, y eso hace que sea, en efecto, un tema polémico sobre el que es muy difícil ponerse de acuerdo.

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  2. La recuerdo perfectamente. Es de esas películas que dejan huella.

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