Tras de cumplir una larga condena en prisión, el antiguo capo de la droga Frank White (Christopher Walken) regresa a Nueva York con la intención de reunir de nuevo a su banda y restablecer su imperio. Otros, por supuesto, se han hecho cargo del negocio durante su ausencia, pero eso no detendrá a White. Mientras mata a tiros a la oposición, decide donar parte del dinero que gane para modernizar el hospital de su antiguo barrio. Sin embargo, los traficantes de drogas no son lo único que le preocupa: un grupo de policías incapaz de reunir evidencias para detenerlo de nuevo, ha decidido acabar con él.
Violento film de gángsters que relata los intentos de un traficante de drogas por recuperar su "territorio" perdido mientras cumplía prisión.
En medio de una ciudad oscura y peligrosa, con la violencia asomando a la vuelta de la esquina y calles habitadas por la droga y la prostitución, Abel Ferrara nos presenta una lucha, no entre el bien y el mal, sino entre lo malo y lo peor. Gentes de gatillo fácil, sin escrúpulos ni principios morales, para quienes la muerte forma parte del día a día. Un desfile de sangre y muertos que retrata a una sociedad degenerada y con pocas esperanzas de redención.
Según leo en IMDb, Berlusconi participó en la financiación de la película. Ironías del destino...
ResponderEliminarAl parecer, así fue.
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