Tras siete años de matrimonio, el maduro y rico empresario Enrico Fontana (Ferdinando Sarmi), quiere saber qué relaciones mantuvo en el pasado su joven esposa Paola (Lucia Bosé), poniendo el asunto en manos de una agencia de detectives. Todas las averiguaciones conducen a Guido (Massimo Girotti), del que, en efecto, Paola estuvo enamorada cuando era el novio de su mejor amiga. Curiosamente, al enterarse que están siendo investigados, ambos vuelven a establecer contacto tras años sin saber uno de otro.
Debut en la dirección de Michelangelo Antonioni y ya podemos intuir en el film algunas de las cosas que conformarán el estilo y las intenciones de la filmografía del realizador italiano.
Calles mojadas y entornos solitarios dibujan un paisaje que es toda una metáfora sobre la incomunicación y el vacío existencial en que transcurre la vida de una burguesía que transita entre el aburrimiento y la avaricia. La protagonista se siente insatisfecha, atrapada en un matrimonio sin amor, pero no quiere ni oír hablar de huir de él porque tampoco está dispuesta a renunciar a un marido que le proporciona bienestar económico y satisface todos sus caprichos.
Antonioni delinea un retrato despiadado de esta sociedad de la que incluso se burla por medio de los ridículos sombreros que luce Paola.
La vi hace tiempo y me gustó, como casi todo lo de Antonioni. El fotograma que has elegido para el final es muy del director.
ResponderEliminarEs cierto, por eso cuando lo vi, no pude sustraerme a reproducirlo, es Antonioni tal cual.
EliminarLucia Bosè venía de haber sido elegida Miss Italia en el 47. Antonioni la descubrió en un almuerzo en casa de Visconti.
ResponderEliminarAntonioni quería a Gene Tierney para el papel de Paola, pero al ser un director desconocido, no pudo conseguirla y no estaba nada seguro de la madurez de Lucía Bosé para el papel, pero Visconti le convenció para que le hiciera una prueba, con el resultado que suponemos.
Eliminar