Después de años de largos viajes, el barón Münchhausen (Hans Albers) y su criado Christian Kuchenreutter (Hermann Speelmans) regresan a la mansión familiar, pero por poco tiempo. Pronto emprenden viaje a San Petersburgo, donde el barón conoce a la zarina Katharina II La Grande (Brigitte Horney), y se bate en duelo con el celoso príncipe Potemkim (Andrews Engelmann); además, el diabólico conde Cagliostro (Ferdinand Marian) le concede el don de la eterna juventud. Después, parte a luchar contra los turcos, rescata a la princesa Isabella (Ilse Werner), cautiva en la corte del sultán Abdul-Hamid (Leo Slezak), y huye con ella a Venecia, desde donde viajará a la Luna.
La película se basa en la traducción que Gottfried August Bürger hizo al alemán del relato original en inglés de Rudolf Erich Raspe Relato que hace el Barón de Munchausen de sus campañas y viajes maravillosos por Rusia, basado en las andanzas de un noble alemán de existencia real (Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen), el cual, cuando retornó de su servicio en las filas del ejército ruso, narraba unas historias extraordinarias las cuales eran el asombro de la población de su localidad natal.
Raspe había nacido en Hannover en 1737, en aquella época bajo control de Inglaterra (recordemos que a raíz de la muerte sin descendencia de la reina Ana de Gran Bretaña en 1714, el elector de Hannover se convirtió en rey de Gran Bretaña bajo el nombre de Jorge I), aunque se trataba de una unión personal.
Como queda dicho, Bürger tradujo la obra al alemán añadiendo pasajes de su propia cosecha, alcanzando tal popularidad su versión que hizo que se olvidara el original de Raspe.
El guion lo escribió Erich Kästner, un autor prohibido en la Alemania nazi, cuyos libros estaban entre los que fueron quemados en 1933. El todopoderoso ministro de propaganda del Reich Joseph Goebbels, que era también el jefe de los estudios de la UFA, que produjo la película, dio a Kästner un permiso especial que se circunscribía específica y únicamente a la escritura de este guion que firmó con el seudónimo de Berthold Bürger. Pero ni nombre real, ni seudónimo, aparecen en los créditos del film y además, al parecer, Goebbels, había dado instrucciones a la prensa alemana de no mencionar al verdadero autor del guion, ni el nombre de Berthold Bürger.
Entre fábula fantástica y relato de aventuras para adultos con un toque de ciencia ficción, todo ello en tono de comedia, lleva al espectador desde Braunschweig (la ciudad alemana de Brunswick) a San Petersburgo, Constantinopla, Venecia y luego a la luna utilizando ingeniosos efectos especiales y espectaculares decorados. Como no menos grandiosos son algunos de los espacios exteriores, como el Gran Canal veneciano, en el que se rodaron las escenas del carnaval de la ciudad italiana, con cientos de extras y algunos espacios de la ciudad poco menos que a disposición del equipo de filmación
Fue la tercera película filmada por el método Agfacolor creado en Alemania.
Estructurada a base de episodios que narran algunas de las aventuras del Barón, el nexo de unión entre ellos es un encuentro de Münchhausen y su esposa con una joven pareja a la que éste cuenta sus peripecias. Al menos en la versión que yo he visto, estas escenas de enlace no están dobladas y carecen de subtítulos.
Supongo que las peculiaridades que rodearon la producción y filmación del film, patrocinado por el régimen nazi, han jugado en contra de esta película que, a pesar de todo, tiene bastantes cosas interesantes, comenzando por las escenas del inicio, un baile de época, con personajes y entorno que recuerdan los finales del XVIII (época en la que, por otra parte transcurre la mayor parte del film), hasta que, de repente, el protagonista acciona un interruptor, se enciende la luz eléctrica y su última conquista sube a bordo de un moderno automóvil. Con lenguaje puramente cinematográfico, la película nos advierte, mediante este sutil giro, de que todo lo que vamos a ver en ella, es una especie de trampantojo, un engaño al espectador, pues bajo el envoltorio de la ambientación y la aparición de algunos personajes históricos, el resto es pura fantasía, con esos efectos especiales y algunos decorados, como el de la Luna que hoy nos parecen un tanto infantiles, pero que, en su momento (1943), formaron parte de esos avances, más pequeños o más grandes, que fueron forjando la evolución del cine.
Me parece bastante mejor que la versión de Terry Gilliam, que pese a efectos mejores, me aburrió.
ResponderEliminarAprovecho para desearte unas muy felices fiestas.
Abrazos!
A mí también me parece mejor esta, por eso he obviado la versión de Gilliam.
EliminarFelices días para ti y los tuyos.
Hola Trecce!
ResponderEliminarLa vi hace muchísimo tiempo en una infame copia de VHS y jamás me puse de nuevo con ella. Muy interesante lo que nos cuentas, desconocía todos esos detalles y me has despertado el interés, tratare de localizarla. El poster es una delicia.
Saludos!
Sabiendo lo que es, una historia llena de exageraciones, me parece muy interesante.
EliminarPues creo que intentar´buscarla, el tema me interesa. Gracias por tan buena información.
ResponderEliminarAbrazos.
Dentro de la locura y fantasía de su trama, resulta entretenida.
Eliminaruf, la veía hace años en el video Beta de mi abuelo, me gustaría volver a verla. Un abrazo
ResponderEliminarYo le oía hablar a mi padre de esta peli, seguro que la vio en su juventud y le había quedado en el recuerdo.
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