Johnny Case (Cary Grant), un hombre poco convencional, está prometido con Julia Seton (Doris Nolan), una chica de buena familia; así que debe adaptarse a la alta sociedad neoyorquina. Además, su novia quiere que trabaje en el banco de su padre, actividad incompatible con su carácter. Sólo Linda (Katharine Hepburn), la animada hermana de Julia, es capaz de comprender que Case desee vivir una vida diferente.
El guion adapta la obra teatral "Holiday", del dramaturgo norteamericano Philip Barry, autor, entre otras numerosas obras teatrales, de Historias de Filadelfia, llevada al cine, como esta, por George Cukor.
Hay una adaptación ocho años anterior, dirigida por Edward H. Griffith.
No voy a descubrir la habilidad de George Cukor a la hora de sacar partido incluso a asuntos con menos enjundia que este; ni a esos dos grandes intérpretes que fueron Grant y Hepburn, en este caso acompañados por unos secundarios, alguno de los cuales logra magníficas actuaciones; ni tampoco que la obra de Philip Barry, rompía algunas veces los cánones de Broadway y que sus obras más conocidas siguen la estela del teatro moderno de O'Neil, Ibsen o Pirandello, salvando las distancias, pero no nos engañemos, aunque el film es una sátira sobre la clase alta neoyorkina, eso tampoco convierte la película en un film revolucionario, siendo cierto que, repito, pone en solfa el llamado sueño americano y la idolatría por el dinero. No en vano, el autor de la obra teatral era una persona de espíritu más bien conservador, aunque por algunas de sus obras pueda parecer lo contrario, con una hermana monja y autor de algunas obras de carácter didáctico y moralizante y, si miramos con atención lo que vemos en pantalla, observamos a un tipo que no está dispuesto a dejarse seducir por las riquezas que le ofrece Wall Street y prefiere vivir la vida, pero ¡caramba!, se embarca en un crucero hacia Francia, es decir, que tampoco es que vaya con los bolsillos llenos de telarañas, me recuerda al propio Barry, que se pasó un año viviendo lujosamente en la Riviera francesa integrado en un círculo de amistades en el que estaban Scott y Zelda Fitzgerald, Gerald y Sara Murphy, Cole Porter o Archibald MacLeish.
No obstante, cierto es que el film no es sencillamente una comedia romántica, sino algo más, con algunos diálogos ácidos e ingeniosos, con momentos divertidos, con esa crítica que hemos señalado y que está presente en todo el film y, quizá, con algún giro un poco interesado y nada explicado, como el cambio de actitud repentino de la prometida del protagonista que pasa de estar dispuesta a todo por amor a no querer ni oír hablar de llevar la contraria a su querido papá. En cualquier caso, es una comedia con cierto nivel y con todos los ingredientes para resultar un producto de lo más entretenido.
Hola Trecce!
ResponderEliminarOtro titulo que desconocía y del que tomo buena nota. Deliciosa esa mirada de Hepburn...
Saludos!
Otra comedia de aquella época dorada.
EliminarCon ese reparto, cualquiera se resiste.
ResponderEliminarLa verdad es que la hace muy apetecible.
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