LAS BRUJAS DE EASTWICK

 

En la pequeña y tranquila población de Eastwick, Nueva Inglaterra, viven Jane (Susan Sarandon), Sukie (Michelle Pfeiffer) y Alexandra (Cher), tres modernas y aburridas mujeres sin pareja, por abandono, muerte o divorcio de sus maridos. Hartas de esperar al hombre capaz de satisfacerlas, una noche de lluvia se reúnen, e inocentemente, invocan al hombre perfecto. Pronto las tres mujeres descubren sus extraordinarios poderes cuando llega a la ciudad el misterioso millonario Daryl Van Horne (Jack Nicholson) y su no menos enigmático mayordomo Fidel (Carel Struycken), un personaje tan diabólico como seductor. A pesar de ser tosco, descarado y no especialmente guapo, Daryl consigue seducir a las tres amigas. Tras un incidente que involucra a una de las principales ciudadanas de la ciudad, la concejala Felicia Alden (Veronica Cartwright), las tres mujeres comienzan a comprender cómo y por qué Daryl es capaz de hipnotizarlas. Las tres deciden experimentar con algunos poderes aprendidos indirectamente de Daryl para poder recuperar el control de sus propias vidas.

El guion adapta la novela homónima del norteamericano John Updike.

La película tiene algo de relato gótico en escenarios modernos, con un toque feminista, en la que el protagonista masculino conquista a sus mujeres apelando a su voluntad de poder y libertad sexual.

El australiano George Miller nos sorprende con esta comedia de corte fantástico y esotérico y no porque sea especialmente brillante, sino porque venía de dirigir las tres primera entregas de Mad Max, cintas que nada tienen que ver con esta. Con algunos planos de gran mérito, sin ir más lejos las tomas aéreas del pueblo donde transcurre la acción que sirven de fondo a los títulos de crédito, el film no deja de ser una humorada que seguramente a algunos les hará gracia, en la que destaca el renombre de los miembros del elenco y la música de John Williams. Los actores cumplen, como no cabía esperar otra cosa de intérpretes de tal prestigio, con un Jack Nicholson desatado en su histrionismo que supongo sería lo que le pidió el realizador.