¡ATRAPEN AL LADRÓN! ¿AL BLANCO O AL NEGRO? (AMOS & ANDREW)

 

Para Andrew Sterling (Samuel L. Jackson), un adinerado dramaturgo de color, ganador del Pulitzer, los problemas empiezan la noche que decide instalarse en su nueva casa en una zona residencial de Nueva York. Para sus nuevos vecinos, Andrew es el típico negro peligroso y llaman a la policía porque creen que se ha colado en la vivienda para robar. La policía local intenta arrestar al supuesto ladrón, rodean la casa con coches patrulla y en medio del despliegue descubren el error cometido. Todo su prestigio está en peligro, ya que incluso han llegado a abrir fuego, a menos que puedan dar una explicación verosímil de su comportamiento. Por ello, el jefe de policía propone un trato al único preso que hay en la cárcel: Amos Odell (Nicolas Cage), un pobre hombre con un historial de borracheras y delitos menores. Amos sólo tendrá que irrumpir en casa de Sterling, simular un secuestro para pedir rescate y luego entregarse. A cambio, el jefe de policía promete dejarle vía libre para escapar de la ciudad. Lo que el jefe nunca supuso es que cuando Amos es consciente de que si muere en medio de un tiroteo, se acabarán los problemas de la policía, decide no cooperar en la farsa y va a plantear aún más dificultades de las que ya tienen.

Comedia con una crítica explícita contra el racismo latente entre las clases acomodadas. Andrew va a vivir a una zona habitada por ricos, donde como él dice, parece que no es necesario cerrar la puerta de casa con llave, porque la delincuencia no existe, un barrio seguro y apacible, pero claro, tal cual señala el vecino que le denuncia: cuando ves a un negro con electrodoméstico en la mano, ya sabes lo que está haciendo. Mucho respeto a los derechos de todos de boquilla, pero en realidad, estos tipos te juzgan por la apariencia y un negro es un tipo peligroso.

No es que la película sea nada del otro mundo, pero está bien interpretada y tiene momentos bastante logrados. Es de esos films que a duras penas te arrancará una carcajada, pero consigue eso tan difícil de lograr como es mantener la sonrisa en el rostro del espectador durante gran parte del tiempo en que la estás viendo.