El joven vendedor de libros Xiao Shuai (Jiang Wen) se vuelve loco de deseo por An Hong (Qu Ying), una mujer bella, liberada y sexy, pero ella le ha abandonado y ha comenzado a salir con el dueño de un club nocturno, un nuevo rico de gran influencia social con el que no conviene llevarse mal porque puede enviarte a sus matones. Lao Zhang (Li Baotian), un tipo cualquiera que está presenciando la paliza que le dan a Xiao, se ve mezclado accidentalmente en los conflictos de éste, obsesionado con recuperar a su amor.
Una película extraña y extemporánea en la filmografía de Zhang Yimou. Al realizador chino le da por rodar con una mareante cámara en mano; luz natural con abundantes contraluces; sonido directo; giros de cámara imposibles; ángulos de 90º y, eso sí, una actriz, Qu Ying, con una hermosura que tiene algo de post-adolescente, llamativa y muy, muy sexy. Claro que para ver un cuerpo precioso embutido en un llamativo y sugerente minivestido amarillo, se me ocurren otro tipo de películas en las que poco importa el guión.
Y es que tras un arranque en plan comedia, con algo de gracioso (no tanto tampoco), y apuntes interesantes sobre la vida cotidiana en la China moderna, la película abandona ese camino y se va a una larga segunda parte rodada prácticamente en interiores, con largos e intrascendentes diálogos y va perdiendo el interés porque el guión apenas se sostiene. Todo encaminado a una especie de mensaje moral sobre la conveniencia de resolver las disputas por las buenas en lugar de acudir a la violencia y la confrontación (quizá la frase más repetida es: "hablando se entiende la gente").
Afortunadamente el maestro chino abandonó esta especie de experimento y se dedicó a otro tipo de cine que, por lo visto, se le da mejor y es bastante más gratificante para el espectador.
Yimou debía de estar haciendo probaturas cuando rodó esta película, indagando nuevos lenguajes cinematográficos (otro tema es si le salió bien el invento).
ResponderEliminarEsa impresión da.
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