BANDIT (EL ATRACADOR PERFECTO)

 

Después de escapar de una prisión de Michigan, un audaz delincuente asume una nueva identidad en Canadá y pasa a robar un total de 59 bancos y joyerías mientras es perseguido por la policía.

El guión se basa en la novela del prolífico autor canadiense Robert Knuckle, The Flying Bandit  (El bandido Volador), publicada en 1996. Un libro de atracos reales ambientado en Canadá basado en la vida de Gilbert Galvan, un convicto estadounidense fugitivo que voló a través de Canadá desde Vancouver a Halifax robando cincuenta y nueve bancos y joyerías, con un botín de más de dos millones de dólares canadienses.

Estas películas de atracadores, sobre todo cuando no hay violencia de por medio, suelen tener tirón entre los espectadores y aquí nos encontramos con un tipo ingenioso, que tiene mucha habilidad para ir dando un golpe tras otro beneficiándose de las laxas medidas de seguridad que, al parecer, tenían en aquella época las entidades bancarias canadienses, cuya confianza en que nada va a ocurrir, parece más una invitación a que tipos como el protagonista del film, aprovechen las facilidades. 

El personaje, un tipo con cierto encanto, es de esos que acaban cayendo bien, seguramente porque los bancos, al contrario, no son precisamente santo de nuestra devoción y como quiera que él se muestra respetuoso, en lo que cabe, con los empleados, pues eso, que provoca algo de empatía con el espectador. 

El film está trufado de momentos divertidos y, en general su tono es bastante amable, no hay violencia, ni sangre y el tipo que más podría representar ese lado oscuro de delincuente peligroso, de criminal en toda regla, que es el personaje que interpreta Mel Gibson, está tratado de manera tangencial. 

Una película muy entretenida, en la que siempre está presente el debate ético sobre si, en cierto modo, está justificado robar a los poderosos (en este caso los bancos) o. al menos, es menos grave que otro tipo de delitos y que cuenta con sus momentos de acción, siempre, como digo, en un tono bastante benévolo. Atención también a la banda sonora que incluye algunos cortes de canciones muy conocidas de los ochenta del pasado siglo.