En la Varsovia de 1942, durante los días de la ocupación alemana, una prostituta es salvajemente asesinada. Un testigo sostiene que el asesino es un general alemán cuyo rostro no ha podido ver, pero sí el uniforme. El mayor Grau (Omar Sharif), encargado del caso, pues la mujer era una agente que trabajaba para los alemanes, debe investigar a tres generales que carecen de coartada, sin embargo, en plena investigación, es ascendido y trasladado a París, donde en 1944, se reunirán él y los tres generales sospechosos y Grau retomará la investigación mientras uno de ellos está involucrado en la trama que prepara un atentado para acabar con Adolf Hitler.
La historia se trasladará a Hamburgo en 1965, donde se produce otro crimen similar.
Inusual thriller criminal ambientado en la Segunda Guerra Mundial, con grandes nombres en el cartel y un resultado bastante decepcionante en taquilla, más teniendo en cuenta que su presupuesto es el que corresponde a una gran superproducción.
Además de conocidos actores (Peter O'Toole, Omar Sharif, Tom Courtenay, Donald Pleasence, Philippe Noiret, Christopher Plummer y una breve aparición de la cantante francesa Juliette Greco...), encontramos también a Maurice Jarre, autor de la partitura musical o Sam Spiegel al frente de la producción.
El guión se basa en el best seller del mismo título del alemán Hans Helmut Kirst. La novela es una critica a la moralidad y el comportamiento de la élite nazi bajo la apariencia de una novela policíaca psicológica.
No he quedado nada convencido al ponerle la etiqueta de cine bélico, porque me chirría un poco, pero bueno, así figura en muchas de las páginas que hablan de este film.
Con un reparto de tanto renombre, una de las cosas que destacan, sin duda, son las interpretaciones, con ese duelo de altura protagonizado por O'Toole y Sharif, magníficamente acompañados del resto de actores y actrices, que resuelven su trabajo con absoluta solvencia.
En el film se entremezclan elementos policiacos, bélicos y psicológicos, con un protagonista (Peter O'Toole), que es un peligroso psicópata, un degenerado que no tiene reparo en poner en juego la vida de quien se cruce en su camino como vemos ya en las escenas que tienen lugar durante la ocupación de Varsovia.
No se si la película consigue trasladar toda la crítica que subyace en la novela hacia la actitud de los alemanes en la guerra y en la inmediata postguerra, para mí, le falta algo, aunque queda clara su hipocresía, la falta de arrepentimiento sincero y el convencimiento de que ellos, en el fondo, tenían una razón para luchar, como se pone de relieve en las escenas finales, que quizá pasen desapercibidas para el espectador medio, más pendiente de la resolución del caso policiaco, pero en ellas vemos a los antiguos combatientes de la División «Nibelungen» celebrando su aniversario, con algunas palabras que demuestran que están convencidos de que hicieron lo que tenían que hacer.
La película resulta entretenida, quizá un poco larga, aunque no se hace pesada y, ya digo, es un lujo ver cómo se desenvuelven en pantalla estos actores. Atención a algunos de los diálogos, cargados de intención y con frases brillantes.
La película volvía a reunir a los protagonistas de "Lawrence de Arabia" (aunque esta vez los exteriores se rodaron en la fría Polonia).
ResponderEliminarSi hubiera sido por ellos, no habrían participado en la película, pero sentían que tenían una deuda de agradecimiento con Sam Spiegel, precisamente por haberles dado la oportunidad de actuar en "Lawrence de Arabia".
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