Julio Blanco (Javier Bardem), el carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá la obtención de un premio regional a la excelencia empresarial, para el que, además de la suya, hay otras dos empresas finalistas. Todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, las cosas parecen conspirar contra él. Las tensiones comienzan a aumentar cuando José (Óscar de la Fuente), un empleado recientemente despedido, se presenta con sus dos hijos y comienza a hacer demandas para ser readmitido en su empleo. Cuando el equipo directivo de Blanco se niega, el empleado comienza una cruzada en solitario para desacreditar a Blanco y evitar que gane el codiciado premio.Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, y dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.
Película seleccionada para representar a España en la 94 edición de los Premios de la Academia de Hollywood.
Su realizador y guionista, Fernando León de Aranoa, mezcla con habilidad drama y comedia, sabiendo enlazar a la perfección, con buenos diálogos y la ayuda de conseguidas interpretaciones, el humor ácido y la parte, digamos seria de la historia.
El mundo de las relaciones laborales es controvertido y conflictivo, al fin y al cabo es el sucesor natural de la relación amo/esclavo que el progreso de la civilización logró reconducir a situaciones más equitativas. Es cierto que hay excepciones en ambos sentidos, pero lo que predomina es que el empleado nunca esté del todo satisfecho con su remuneración y que el patrono contemple aquella como una sangría para sus potenciales ingresos y no sólo me estoy refiriendo a la contraprestación económica, sino a otros beneficios que jamás acaban de satisfacer a unos y otros por razones opuestas.
De algo de esto va la película, con un tipo en apariencia paternalista (veremos que no lo es sino de forma interesada) que está convencido, y así lo quiere transmitir a sus empleados, de que aquello es una gran familia. Una utopía que no cuela porque es forzada, ya que el señor Blanco es un cínico y un hipócrita que va a lo suyo aunque pretenda hacer ver lo contrario.
Como veréis reflejado por todos lados y en todas las críticas, la actuación de Bardem es impresionante, parece que el tío va sobrado, una auténtica lección interpretativa en la que el canario consigue lo que sueña todo actor, lograr que olvidemos que es él y solo veamos a su personaje.
La película es una sátira muy lograda, con buenos momentos de humor que consiguen arrancarnos alguna que otra carcajada, una narración dinámica que cuenta la historia de un tipo sin escrúpulos y con grandes dotes para manipular a quienes se encuentran a su alrededor que, sin embargo, tiene carisma y consigue caernos simpático por momentos a pesar de que sabemos de qué va, algo que, por otra parte, responde al patrón de este tipo de gente de los que todos conocemos alguno en la vida real.
Dado el panorama y aunque el tirón de Almodóvar sea innegable, pienso que es una elección acertada para representar a España en los Oscar, otra cosa es hasta dónde consiga llegar.
¡Hola!
ResponderEliminarHe leído reseñas muy positivas y con la tuya, he decidido verla.
Saludos!
Creo que merece la pena, ya contarás.
EliminarSi, claro.
EliminarLa tengo pendiente, aunque no sé yo si los académicos norteamericanos sabrán valorar en su justa medida una película de estas características.
ResponderEliminarEsa es la duda que yo también albergo.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarHa tenido muy buena acogida. Veo que compartimos la misma duda...
Saludos!
Esa es una duda que creo nos asalta a todos los que tenemos indicios de cómo funciona la cosa en Hollywood.
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