Catherine Lelievre (Jacqueline Bisset), una mujer de clase alta propietaria de una galería, contrata a la eficiente y tranquila Sophie (Sandrine Bonnaire) como empleada doméstica para trabajar en la mansión familiar en la campiña francesa. Su esposo Georges Lelievre (Jean-Pierre Cassel), gran amante de la música clásica, en especial de Mozart y propietario de una conservera, su hija Melinda (Virginie Ledoyen) y su hijo adolescente Gilles (Valentin Merlet), dan la bienvenida a Sophie y aprecian su trabajo. Sophie pronto se hace amiga de la empleada de la oficina de correos local, Jeanne (Isabelle Huppert), un personaje entrometido y problemático, que parece algo desequilibrada emocionalmente y que anima a Sophie a rebelarse contra sus empleadores, pero la sirvienta se mantiene sumisa. Sophie se avergüenza de un secreto y se siente incómoda en muchas situaciones, encontrando una manera de no revelar aquello que la aflige y desea mantener oculto. Cuando Georges le dice a Sophie que no quiere a Jeanne en su casa, Sophie se enfrenta a él. Melinda descubre su secreto y Sophie la chantajea, pero Melinda les cuenta a sus padres lo que pasó. Georges despide a Sophie y ella regresa a la casa más tarde con Jeanne organizando un alboroto.
El guión adapta la novela A Judgement in Stone (en España La mujer de piedra, en unas ediciones o, el más literal, Un juicio de piedra, en otras), de la novelista británica Ruth Rendell, una autora clásica en la novela negra o, por mejor decir, de misterio o de crímenes, que también publicó con el seudónimo de Barbara Vine. Aprovecho para recomendar la lectura de alguna de sus novelas (tiene un amplísimo catálogo) a quienes disfruten de este tipo de literatura y aún no hayan leído nada de la autora.
La nueva sirvienta, se afana por hacer su trabajo, de hecho lo hace bien y la familia aprecia su cocina y el estado de limpieza de la casa, pero no acaba de establecerse una relación cordial, aunque sea dentro de los límites de la diferencia de estatus sociales y eso que Melinda se muestra abierta con la asistenta e incluso le recomienda que aproveche la situación de que la familia esté contenta con ella.
De otra parte, se inmiscuye en el asunto el personaje más trascendental de la historia, la empleada de correos, magníficamente interpretada por Isabelle Huppert, una mujer desconcertante que ha tenido problemas con la justicia por la muerte de su hija de cuatro años, de la que fue acusada y luego absuelta por falta de pruebas, un ser extravagante y con un sentido moral muy particular.
Claude Chabrol, uno de los grandes referentes del cine francés de todos los tiempos, juega con la intriga y el suspense entregando revelaciones al espectador que va dándose cuenta, poco a poco, de la situación real y adivinando, si no lo que va a ocurrir, sí que aquello no va a terminar bien.
De fondo, el conflicto social, el paternalismo de los Lelievre y el secreto que guarda Sophie, que la coloca en desventaja, supuestamente derivado de su extracción social, pero que tampoco parece tenga especial interés en remediar.
Chabrol decía en tono humorístico que es la última película marxista, aludiendo a que trae a colación el conflicto de clases, pero el film es más que eso, es también un retrato de la pequeña burguesía provinciana, señala asimismo la brecha generacional entre padres e hijos y su diferente concepción de las cosas y, como colofón, están las dos amigas, personajes amorales, psicópatas, que echan la culpa de sus males a esas diferencias sociales a que hemos aludido, arrasando con todo lo que se encuentran en su camino que, a su juicio, representa esa desigualdad.
Una estupenda película.
Esta la siento muy pesimista. Preferiría leer el de tu entrada anterior, el de la conspiración Mongol, me parece más interesante. Y es raro que no la llevaron a la pantalla.
ResponderEliminarSí la llevaron a la pantalla. Hay una película mexicana de 2019, dirigida por Sebastián del Amo, que espero reseñar en breve.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHay una versión anterior de 1977, protagonizada por Pedro Armendáriz Jr.
EliminarHola.
ResponderEliminarPues me parece interesante. Esos ambientes incómodos y opresivos también son interesantes.
Tomo nota.
Feliz día.
Creo que merece la pena.
EliminarNagisa Oshima dirigió una película (es de 1971) con el mismo título...
ResponderEliminarEs cierto, pero hasta donde yo llego, no tienen nada que ver.
EliminarDesde luego, es una película sobre la lucha de clases. Chabrol siempre cargaba las tintas contra la burguesía, de provincias mayormente.
ResponderEliminarEn esa línea, en efecto.
EliminarLa primera película que vi de Chabrol. Luego fui recuperando el resto de su filmografía.
ResponderEliminarYo no he visto mucho del autor, el tiempo no da para todo lo que uno desea.
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