JOJO RABBIT

Jojo "Rabbit" Betzler (Roman Griffin Davis) es un solitario niño alemán perteneciente a las Juventudes Hitlerianas que ve su mundo puesto patas arriba cuando descubre que su joven madre, Rosie (Scarlett Johansson), esconde en su ático a Elsa (Thomasin McKenzie), una niña judía. Con la única ayuda de su mejor amigo imaginario, el mismísimo Adolf Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá afrontar su ciego nacionalismo con las contradicciones de una guerra absurda.

La película está basada en la novela Caging Skies de Christine Leunens, publicada en España con el título "El cielo enjaulado". 

El film y la novela difieren en algunos aspectos. El libro, ambientado en Austria cuando estaba anexionada al Tercer Reich, nos presenta a Johannes, un adolescente que, para consternación de sus padres, queda fascinado por la doctrina nazi que se imparte en la escuela y su mayor ilusión es alistarse en las Juventudes Hitlerianas. Ya en plena guerra, es herido y queda gravemente desfigurado. Tras recuperarse de sus heridas, Johannes, horrorizado por el aspecto de su cara, no se atreve a enfrentarse con el exterior. Pasa las horas muertas encerrado, escuchando los sonidos de la casa vacía, y acaba descubriendo algo que sus padres han mantenido en secreto: tienen a una joven judía oculta tras un falso tabique. Elsa y Johannes iniciarán la más compleja y peligrosa de las relaciones, mientras la guerra se recrudece y el mundo entero busca la forma de sobrevivir.

La película ganó, en 2019, el Óscar al mejor guion adaptado.

Interesante propuesta del polifacético realizador neozelandés Taika Waititi que además juega un destacado papel en el film. A pesar de las críticas de los de siempre, Waititi consigue colorear la tragedia de humor de forma hábil e inteligente, yo pienso que sin herir sentimientos, consiguiendo que empaticemos con cada personaje, incluso con el propio dictador alemán (¡ojo!, con el personaje de la película, no con el verdadero Hitler), el payaso de la película. Buenas actuaciones, incluídos los dos niños y una magnífica Scarlett Johansson que está sobrada en su papel. Creo que para nada hurta al espectador el drama de las personas que sufrieron el régimen nazi, queda patente a lo largo de la película y lo que hace es ridiculizarlo, primero con el personaje del propio Hitler, un auténtico estúpido y después con algunas escenas que, si bien nos hacen sonreír, es por la forma que consigue darles Waititi que ponen en evidencia lo ridículo de la parafernalia nazi y, sobre todo, el peligro que se cierne sobre los niños ante la seducción que pueden ejercer en esas mentes vírgenes y sin malicia, ciertas ideas que se aprovechan de su afán de aventuras y protagonismo. Además, la película tiene algunas escenas crudas, aunque es cierto que quedan suavizadas por el tratamiento que reciben, pero son realmente crueles, como lo fue todo aquello. 

Waititi ha declarado en alguna ocasión que el colorido y la brillantez de la película es algo buscado, pues no deseaba pintar la Alemania oscura y gris que vemos en las películas que tratan sobre el nacionalsocialismo y su entorno, sino que pretende que veamos lo que a su juicio era la Alemania del momento, un país moderno, colorido y alegre, donde parecía que no estaba sucediendo lo que realmente ocurría, ya que la tragedia permanecía medio oculta a los ojos de los cegados ciudadanos, salvo aquellos pocos que vieron claramente venir la tragedia, lo que la hace aún más incomprensible. 

Una película que no por divertida y con algunos diálogos y escenas de cierto nivel, deja de poner en solfa lo frágil que es la naturaleza humana a la que cualquier loco, puede subyugar de manera incomprensible.