John McTeague (Gibson Gowland) es un minero que trabaja en una mina de oro del Condado de Placer, California. Un dentista ambulante que se hace llamar Dr. "Sin Dolores" Potter visita el pueblo y la madre de McTeague le ruega a Potter para que se lleve a su hijo como aprendiz. Potter se compromete y eventualmente McTeague se convierte en dentista, estableciendo consulta en Polk Street en San Francisco.
Marcus Schouler (Jean Hersholt), amigo de McTeague, lleva a su prima, que también es su prometida, Trina Sieppe (Zasu Pitts) a la consulta para ser examinada. La chica ha de acudir durante varias semanas y McTeague se acaba enamorando de la joven, pidiendo permiso a Marcus para cortejarla. Marcus se hace a un lado y cuando celebran la fiesta de compromiso, Trina se entera de que acaba de resultar agraciada con un importante premio de la lotería.
Marcus acaba denunciando a su antiguo amigo por ejercer sin licencia, lo que lleva al matrimonio a la ruina, tras verse McTeague obligado a cerrar su consultorio.
Han vendido todas sus posesiones y, a pesar de la precariedad en que viven, Trina no está dispuesta a gastar su dinero y se vuelve cada día más codiciosa, mientras su esposo cae en la trampa del consumo de alcohol.
Las disputas entre la pareja van cada día a peor y la desconfianza se cierne sobre el matrimonio. Las peleas, las discusiones, los celos y la avaricia, parece que que les van llevando inevitablemente por el camino de la tragedia.
El guión se basa en la novela "McTeague", de Frank Norris, publicada en 1899.
Con el tiempo se ha ido tejiendo una especie de leyenda alrededor de este film, ya que Erich von Stroheim trabajó sin guión, simplemente cogió la novela de Norris y la pasó a imágenes casi letra por letra, con lo que al final, tenía preparada una película de 4 horas y media (rodó más de 85 horas de película), pero el estudio ordenó recortarla a la mitad y, no solo eso, también quemó los carretes de película no utilizados para extraer el costoso nitrato de plata con el objetivo de reutilizarlo. Desde entonces, de cuando en cuando, se oyen noticias de que ha aparecido alguno de los carretes, aunque nunca es así. El hecho es que los rollos perdidos, que ya decimos que fueron quemados, con lo cual no es probable que aparezca alguna copia desconocida, se han convertido en una especie de Santo Grial para los arqueólogos del cine.
Película muy especial, de tremenda calidad técnica y con una cuidadosa planificación que tiene como resultado que cada uno de sus planos tenga gran valor por sí mismo. Von Stroheim nos va conduciendo por algunas de las miserias de la condición humana a través de unos personajes magníficamente dibujados en este film que es también un retrato de algunos de los aspectos sociales, urbanos y de la vida en general de los EE.UU. a principios del pasado siglo.
La película contiene escenas de gran valor artístico, como la de la boda con el entierro al fondo, o todo el tramo final en el Valle de la Muerte.
Para muchos, este film es la antesala del realismo, diez años antes de que Jean Renoir marcara el camino que seguirían más tarde la Nouvelle Vague o el neorrealismo italiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario