Después de casarse con el exitoso escritor parisino Henry Gauthier-Villars, conocido comúnmente como "Willy" (Dominic West), la inconformista Sidonie-Gabrielle Colette (Keira Knightley) se traslada desde su hogar de la infancia, en Saint-Sauveur, en la Francia rural, al esplendor intelectual y artístico de París. Willy es un magnético y seductor empresario literario, que se gana la vida publicando novelas populares que en realidad escribían escritores fantasma contratados por él y que introduce a Colette en el ambiente cultural y bohemio de la capital parisina. En una de sus crisis de ingresos, que se sucedían periódicamente, el egocéntrico Willy, convencido del talento narrativo de su joven esposa, anima a Colette para que escriba novelas sobre sus experiencias parisinas y sus anttiguas vivencias en Saint-Sauveur, utilizando su nombre. Colette, a su vez, escribe una novela semi-autobiográfica sobre una niña de campo ingeniosa y descarada llamada Claudine, lo que provocó un éxito de ventas, siendo toda una sensación en los ámbitos culturales.
Después de su éxito, Colette y Willy se convierten en la comidilla de París y sus aventuras inspiran nuevas novelas de Claudine. Tras su éxito, viendo que Willy se apodera del prestigio y los réditos económicos de sus escritos, Colette se enfrentará con él para reclamar los derechos de su obra y su propia libertad personal. Lucha para dar a conocer sus talentos como propios, desafiando las normas de género. Todo esto la impulsa a superar las restricciones sociales, revolucionando la literatura, la moda y la expresión sexual.
El realizador del film, Wash Westmoreland, trabajaba en el guión de esta película, junto a Richard Glatzer, desde hacía más de quince años. En este largo periodo de tiempo, por diversas circunstancias, no pudieron llevar adelante su proyecto, incluso Glatzer, codirector de otros films junto a Westmoreland, enfermó gravemente (de hecho murió), sin poder asistir al comienzo del rodaje.
La película se centra en el periodo que va desde el matrimonio hasta su rebelión contra el sometimiento intelectual a su marido, de Sidonie-Gabrielle Colette, novelista, guionista, periodista y artista de revistas y cabaret. Esta mujer francesa llegó a presidir la Academia Goncourt entre 1949 y 1954, fue condecorada con la Legión de Honor y es la única escritora francesa que ha recibido un funeral de estado.
Colette es posiblemente una de las escritoras francesas más importantes e innovadoras del siglo XX, y sus docenas de volúmenes de ficción provocativa, memorias, periodismo y dramaturgia sacudieron las restricciones sociales impuestas a las mujeres.
El reconocimiento internacional le llegó por su novela Gigi (1944), llevada al cine por Vincente Minnelli en 1958.
La película está magníficamente ambientada, con un vestuario espléndido y buenas actuaciones de la pareja protagonista y, aunque, en líneas generales, refleja adecuadamente la situación, tanto de la época, como del devenir vital de Colette, parece como si le faltara algo para llegar a emocionar al espectador.
Colette, cuyos libros están hoy bastante olvidados, es uno de esos casos en los que el personaje supera a su obra. Fue toda una adelantada a su tiempo en todos los aspectos de su vida, hay que tratar de ponerse en el lugar y el momento para tener una idea, siempre vaga, de lo que realmente supuso su conducta y el arrojo de no esconderse, sino todo lo contrario, luchar por mostrarse tal cual era en un periodo en que se estaba muy lejos de considerar a la mujer capacitada para poder ejercer todos sus derechos. Siempre moviéndose entre el escándalo y el ejemplo de modernidad que supuso para otras mujeres, creo que la trayectoria vital de este peculiar personaje, podría haber dado para algo más de lo que a la postre nos ofrece el film. De cualquier modo ahí queda su testimonio que no está nada mal como ejemplo de lucha y rebeldía para posteriores generaciones.