jueves, 29 de noviembre de 2018

MOONRISE KINGDOM

New Penzance Island, 1965. Sam Shakusky (Jared Gilman), de doce años, deja una nota para Randy Ward (Edward Norton), Master de la Tropa de Exploradores Khaki 55, en la que dice que abandona voluntariamente el campamento Ivanhoe, donde está acampado el grupo, y que renuncia a los scouts. A raíz de este incidente, el Masterd Ward descubre que Sam es huérfano y está dentro del programa de cuidado y crianza, el Sr. y la Sra. Herbert Billingsley (Larry Pine y Liz Callahan), que dirigen una especie de casa de acogida para huérfanos, sus actuales padres adoptivos, cuando les comunican la noticia, manifiestan que el niño no podrá volver con ellos. Esta información no fue incluida en el archivo de Sam y el suceso pone en peligro la situación del chico dentro del sistema de servicios sociales. El Master Ward, con el Capitán Duffy Sharp (Bruce Willis) del Departamento de Policía de la Isla y todos los miembros del Khaki Scout Troop 55, van en busca del desaparecido Sam, una tarea que provoca emociones encontradas entre los miembros de la tropa, a la mayoría de los cuales no les gusta Sam y lo ven como una persona emocionalmente perturbada. En otro lugar de la isla, el matrimonio de abogados formado por ​​Walt y Laura Bishop (Bill Murray y Frances McDormand) se dan cuenta de que su hija, la mayor de cuatro hijos y única chica, Suzy Bishop (Kara Hayward) de doce años, también ha desaparecido. De una pila de correspondencia que encuentran, compuesta por cartas de amor, deducen que Suzy probablemente se escapó con Sam, a quien ni siquiera conocen. Con los conocimientos de exploración de Sam y el abundante suministro de provisiones que tienen, es posible que puedan eludir a sus rastreadores durante bastante tiempo. Pero a medida que el grupo busca a la joven pareja, lo que esperan lograr puede cambiar a medida que entiendan las situaciones individuales y combinadas de Sam y Suzy.


Con la estética que ya ha hecho característica de colores vivos y llamativos y sus elegantes movimientos de cámara, Wes Anderson nos narra esta historia de amor adolescente original y de concepción un tanto particular.
La banda sonora de Alexandre Desplat, utiliza melodías de Mozart, Hank Williams y Benjamin Britten y un homenaje a The Sound of Silence, de Paul Simon, canción escrita un años antes de la fecha en que está ambientada la película, que acompaña de manera brillante a los títulos de crédito finales, convirtiendo este film es uno de esos que hay que ver hasta que sale el último letrero, merece la pena hacerlo.


Con las películas de Anderson ocurre que hallas siempre críticas encontradas y, aunque parezca un contrasentido, puede ser que todas ellas tengan razón, porque aquí no vale solo con que la película esté bien o mal hecha, algo en lo que casi todos coinciden, en lo bien realizadas que están, sino que depende de si la manera narrativa del director (aquí también guionista junto a Roman Coppola), consigue atraparte o no.
Si su particular humor te llega, disfrutas con sus films como con ningún otro, de lo contrario, puede que, como les ocurre a muchos, tengas la sensación de que no le ves la gracia y que te están contando una historia a la que no le encuentras atractivo alguno.


Con un plantel de actores de renombre (Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton...), lo que si te garantiza la película es un envoltorio visual atractivo y cautivador, con una fotografía de Robert D. Yeoman, que es pura poesía.




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