MOGAMBO

Victor Marswell (Clark Gable), está al frente de una compañía de guías de caza, especializada en capturar y vender animales salvajes a zoológicos y circos.

Un maharajá llamado Bunganor, había conocido en Nueva York a una bella dama de dudosa reputación, Eloise Kelly (Ava Gardner), a la que invita a unirse a él en África para acompañarle en un safari que tiene contratado con Marswell. Pero Eloise llega al safari solo para descubrir que el maharajá ha regresado a la India y que ella tiene que esperar una semana hasta que llegue el próximo barco.

Durante esa semana, Víctor y Eloise vivirán un corto romance sin visos de futuro. Él no se lo toma demasiado en serio y ella, aunque enamorada, ha decido seguir su plan y regresar a Nueva York.

En el barco que ha de tomar Kelly, llega un cliente de Víctor, un antropólogo llamado Donald Nordley (Donald Sinden), que le ha contratado como guía para su investigación sobre los gorilas. Donald viaja acompañado de su esposa Linda (Grace Kelly).

Eloise regresa de nuevo al campamento, no ha podido regresar a EE.UU. porque el barco ha sufrido una avería en mitad del viaje y tardará cuatro semanas en poder ser reparado, por lo que Víctor decide llevarla con la expedición  y dejarla en Kenia, donde el transporte podrá arreglarse fácilmente.

Eloise no tendrá más remedio que seguir al grupo al país de los gorilas.

Durante el viaje, Linda se enamora de Víctor y se muestra dispuesta a abandonar a su marido.

Nueva versión de una antigua película de la Metro, Tierra de pasión (Red Dust, Víctor Fleming, 1932), en la que Gable interpretaba el mismo personaje, Jean Harlow el de Ava Gardner y Mary Astor el de Grace Kelly. Ambas versiones tienen pocas cosas en común.

La caravana del equipo de producción, una de los más grandes jamas vistas en el cine, partió de Nairobi el 1 de noviembre de 1952 y recorrió 1.600 kilómetros en ocho días, hasta llegar a orillas del río Kagera, en Tanganica, cerca de la frontera con Uganda, a unos 160 kilómetros de la orilla occidental del lago Victoria. Metro-Goldwyn-Mayer construyó una pista de aterrizaje cerca del monte Kenia: dispuso 300 tiendas de campaña equipadas con 13 comedores, sala de proyección, mesas de billar y hospital; proporcionó tres vestidos de cada modelo y dedicó parte del presupuesto a las invocaciones de los brujos locales. El equipo rodó también en Kenia, Uganda y el África Ecuatorial francesa. Los interiores se filmaron en Londres.

La verdad es que lo que hubo alrededor del rodaje hubiera hecho las delicias de cualquier programa de telebasura actual, con Gable persiguiendo a Ava Gardner y esta rechazándole; Grace Kelly empeñada en tener un lío con Clark Gable (cosa que, al parecer, consiguió) y este sin hacerla mucho caso y para redondearlo todo, Frank Sinatra, entonces casado con Ava, visitando el campamento de rodaje,  y las broncas que tenían entre los dos, seguidas de apasionadas reconciliaciones, mientra Ava tenía sus aventurillas con un par de técnicos.

Ford estuvo conforme con la participación de Grace Kelly (aunque parece que antes lo había intentado con alguna otra), poco conocida entonces, porque la veía en el papel que iba a interpretar, pero no ocurrió la mismo con Ava Gardner. Ford quería que el personaje de Eloise Kelly lo interpretara Maureen O'Hara y así se lo dijo a Ava, lo que provocó una situación incómoda. Sin embargo, la Gardner, con tantos o más arrestos que el propio director, no se arredró por ello y su espontaneidad y desparpajo, fueron conquistando al maestro.

La película es casi una constante metáfora entre el comportamiento del Victor Maxwell cazador de animales y el conquistador de féminas.

Plagada de diálogos brillantes, hay cosas que hoy día no se entienden en relación al éxito que tuvo en su momento, pero hay que pensar que entonces, no había el despliegue televisivo que hay ahora con reportajes sobre naturaleza, y todas aquellas bellísimas imágenes de animales, naturaleza, puestas de sol africanas, nativos con sus llamativos atuendos y sus lanzas, contribuyó más de lo que el espectador del siglo XXI puede sospechar, al éxito en taquilla del film.

Desde la primera escena en que aparece Grace Kelly, el espectador, sin quererlo, siente aversión por la "chica buena", y se pone de parte de la "chica mala", de hecho, nos pasamos la película deseando que la segunda se lleve al galán que, por otra parte, demuestra una vez más, como solemos equivocarnos con las personas, por muy guaperas que seas.

A pesar del uso que hace de los tópicos del cine de safaris, el film sigue resultando atractivo actualmente, porque si le despojas de toda esa fachada que, la verdad, ha quedado un poco trasnochada, sigue siendo una espléndida representación en clave de comedia, de la guerra de sexos y de como se pueden poner dos mujeres cuando se disputan a un tipo que les gusta.

Rica en anécdotas, como ha quedado dicho más arriba, la palma se la lleva la conocidísima que debemos a la surrealista censura del franquismo, que para borrar el pecado de adulterio, convirtió al matrimonio Nordley en hermanos y así, de la infidelidad matrimonial pasamos al incesto que tiene más morbo todavía.

Por cierto, Ava Gardner y Grace Kelly, se hicieron grandes amigas.