Jonah Hex (Josh Brolin) es un buscavidas. De niño su padre lo vendió a los apaches y tuvo que crecer y formarse en un mundo duro y hostil, sobreviviendo unas veces como pistolero y otras como cazador de recompensas. Un pistolero estoico fraguado en mil batallas que puede dar con cualquier persona
o con cualquier cosa. Tras haber sobrevivido a la muerte, la violenta historia de Jonah forma parte de los mitos y las leyendas y le ha dejado con un pie en el mundo real y otro en el "otro lado". Como un hombre condenado a vagar solo, su único vínculo con el género humano es Lilah (Megan Fox), cuya vida en un burdel le ha dejado sus propias cicatrices.
El pasado se reencuentra con Jonah cuando el ejército de los EE.UU. le hace una oferta que no puede rechazar: A cambio de librarse de las órdenes de captura que tiene pendientes, debe encontrar y detener al siniestro terrorista Quentin Turnbull (John Malkovich), el hombre que mató a la familia de Hex y le desfiguró el rostro con un hierro de marcar ganado. Turnbull, que está reuniendo un ejército y preparándose para desatar el infierno, es también el más antiguo enemigo de Jonah, al que acusa de ser el culpable de la muerte de su hijo y al que odia de tal modo que, cuando tuvo ocasión de hacerlo, no le mató, para que siguiera sufriendo la muerte de su familia, abrasada viva por el propio Turnbull.
Se basa en las historietas creadas por John Albano y Tony DeZuniga que comenzaron a publicarse en 1977. Poco conocidas en España, al menos los primero números publicados por la Editorial Rollán. Más adelante, Planeta editaría la serie completa.
Los cómics se enmarcan en el subgénero conocido como Weird Western (weird es adjetivo inglés que significa extraño) y dentro del mismo podemos agrupar todas esas historias que transcurren en el lejano oeste y que tienen un matiz fantástico, más o menos pronunciado.
Fue un fracaso en taquilla en EE.UU. y aquí se distribuyó directamente en DVD.
La película resulta entretenida, aunque es cierto que, casi desde el principio, uno empieza a darse cuenta de que no están sabiendo aprovechar la historia que tienen entre manos.
Bien interpretada en general, la pobre Megan Fox, que tiene unas pocas escenas, siempre ha dicho que considera este como el peor papel de su carrera.
Una historia de venganzas y encuentros con quienes ya están en la otra vida, en la que han descuidado algunos aspectos que la hacen perder brillantez. Da un poco de pena pensar en lo que pudo haber sido y no es.
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