Carolina (Veronica Olivier) tiene casi catorce años, y quiere hacer más cosas de la que sus padres le permiten, su paga semanal nunca le alcanza para todo lo que le gustaría, quiere una moto para poder moverse con libertad y tiene la cabeza llena de ideas propias que nunca encajan con las de los adultos... es un momento mágico. Alegre y optimista, su vida la comparte con sus amigas, igual que sus sueños, los primeros besos robados en la penumbra del portal, la música que llega siempre en el momento justo y aquellas palabras que parecen hablar siempre de ella y unos abuelos maravillosos que saben mirar el fondo de su alma; pero ¿el amor? ¿Cómo es de verdad el amor? y mientras sueña con la llegada de ese primer amor, la vida se desliza despreocupada entre las aventuras de cada día, se encarama con agilidad en la esperanza, en el amanecer, en el futuro. El camino está ahí, delante de ella, provocador, suave, infinito. Y Carolina está preparada para ser feliz.
Cuando conoce a Massimiliano (Giuseppe Maggio) parece que la pregunta va a responderse al fin, pero lo que Carolina no sabe es que el amor también puede hacer mucho daño y que ella no espera lo que va a ocurrir...
Carolina se enamora es un viaje a través de los sentimientos, es una historia sobre la emoción que se siente al encontrar el primer amor, sobre el dolor, sobre la primera desilusión, que llega sin avisar y te deja sin palabras, sobre la pérdida y sobre las múltiples e infinitas caras del amor.
Basada en la novela del mismo título del escritor italiano Federico Moccia, también coguionista y realizador de la película.
Posiblemente algunas (o muchas) de las cosas que se ven en la película, despierten las críticas de quienes entienden el mundo de los adolescente de otra manera diferente a como lo pinta el autor italiano, cuyos libros, por otra parte, se vende por miles entre su público, quinceañeras sobre todo, a quienes va dirigida principalmente la película.
Las actrices, al menos la protagonista y sus amigas, la verdad es que dan una imagen de ser mayores que sus personajes, de hecho son bastante mayores, al menos 5 años, algo que en esas edades se nota muchísimo, no es lo mismo una cría de catorce años que una de 19, con lo que ya de arranque, la película se desvirtúa bastante en este aspecto.
Hay otras cuantas cosas que no cuadran mucho, tienen a su disposición, coche, moto, una buena casa, ropa, pueden salir de fiesta relativamente a menudo... En fin, ese mundo de Moccia, rayano en el pijismo (disculpen la expresión), en el que también tiene un lugar destacado la música de acompañamiento, cuidadosamente elegida y que tiene gran importancia en la película, igual que la tiene en las novelas originales.
Cine para adolescentes, en el que vemos un mundo estereotipado y que, aunque las plantea, tampoco es que profundice demasiado en las circunstancias de ese entorno.