Un día de 1971, varias personas fueron detenidas en sus domicilios por policías del Departamento de Palo Alto. Fueron acusados de robo a mano armada y trasladadas a dependencias policiales donde fueron fotografiados y se les tomaron las huellas dactilares.
Estas personas eran voluntarios que formaban parte de un experimento promovido por la Facultad de Psicología de la Universidad de Stanford, al frente del cual estaba el profesor Philip Zimbardo. "El experimento de Stanford", todavía hoy, 45 años después, es objeto de estudio en las facultades de psicología y sociología. Y eso que tuvo que ser cancelado bastante antes de lo previsto. Sus consecuencias fueron mucho más duras de lo que se llegó a prever.
24 personas fueron seleccionadas para participar en el experimento, todos ellos estudiantes universitarios, fueron divididos de forma aleatoria en guardianes y prisioneros.
El caso es que los guardias acabaron tomando actitudes autoritarias y sádicas, hasta el punto de que pasados seis días, de los catorce que debía durar, se decidió cancelarlo. Los prisioneros, tras ser sometidos a un trato sádico, a humillaciones reiteradas y a una opresión brutal que les dejaba físicamente extenuados y mentalmente bloqueados, sufrieron trastornos y desórdenes emocionales muy graves incluyendo depresiones profundas. Tanto integrantes de uno, como del otro grupo, necesitaron asistencia médica durante años.
Las consecuencias del estudio son varias, quizá la principal es que personas aparentemente normales, equilibradas y con un cierto nivel cultural, se transforman en seres despiadados en determinadas circunstancias, cuando se ven investidos de poder sobre las vidas de sus semejantes.
Para quien desee conocer detalles de esta historia, recomiendo esta web, con una información bastante completa, sin resultar exhaustiva.
Interesante experimento que viene a confirmar el lado o esquina de perversidad que oculta en general el ser humano.
ResponderEliminarSomos bastante peligrosos.
EliminarEl hombre, sometido a ciertas experiencias, tiene comportamientos imprevisibles, como demostró el experimento Stanford
ResponderEliminarLo dicho, tenemos mucho peligro.
EliminarCreo que en este mundo hay varios experimentos de ese tipo que todavía no han debido ser cancelado.
ResponderEliminarLo malo es que hay vidas humanas por medio y mucho sufrimiento.
EliminarLo que no entiendo es como alguien en su sano juicio esperara algo diferente a lo que pasó. No hay que ser muy listo, si uno se fija en lo que pasa durante guerras o incluso en las cárceles normales, y sin ir tan lejos en los colegios o en campamentos o en cualquier interacción de grupos. Si no hay algún medio de control siempre acaba siendo la ley de la selva....
ResponderEliminarLa mayoría de la gente en caso de tener oportunidad actúa de forma cruel y arbitraria por naturaleza si sabe que esto no va a tener consecuencias negativas, se necesitan unos muy fuertes principios morales para no caer en este tipo de actitudes.
Pasa algo parecido con la corrupción en la política, es muy difícil que teniendo la oportunidad de forrarse, uno diga que no y luego aúnes es más difícil que lo denuncie.
De hecho, el experimento tuvo bastantes críticas y hubo de ser suspendido.
Eliminar