lunes, 25 de abril de 2016

LA HISTORIA INTERMINABLE

Huyendo de los abusones de su colegio, un chico llamado Bastian Baltasar (Barret Oliver) se esconde en la librería del señor Koreander (Thomas Hill). Allí encuentra un libro cuyo título, La historia interminable, llama tanto su atención, que Bastian no duda en robarlo para poder leerlo. Es en el desván del colegio donde Bastian abre La historia interminable y se sumerge en sus páginas por primera vez.
La «otra» historia comienza con un mundo, Fantasia, cuya soberana, la Emperatriz Infantil (Tami Stronach), ha caído enferma. La desconocida y extraña dolencia de la joven está teniendo graves consecuencias sobre todo Fantasia, y es que a medida que ella se debilita, el propio mundo va desapareciendo. Es entonces cuando la Emperatriz manda buscar a Atreyu (Noah Hathaway), un joven guerrero a quien encomienda la misión de salvar Fantasia. Atreyu desconoce qué tiene él de especial para haber sido elegido, pero no duda ni un segundo; su valentía le llevará a los lugares más recónditos y a enfrentarse a todo tipo de peligros en busca de la cura para la Emperatriz.
Bastian no puede dejar de leer. La aventura de Atreyu le tiene fascinado. Probablemente por eso —y también porque él es un muchacho un poco cobarde y porque piensa que aquello no es sino un cuento— tarda un tiempo en darse cuenta de que a quien necesitan para salvar Fantasia es al propio Bastian.
Es de locos: el niño al que buscan en la historia es el mismo que la está leyendo. Pero, ¿cómo puede un humano entrar en un libro?


Adaptación de la novela homónima del escritor alemán Michael Ende que había salido a la luz en 1979 y fue desde su publicación todo un éxito editorial.
Tres películas, dos series, una ópera, un ballet y más de treinta y seis traducciones. Este es, de momento, el balance de La historia interminable.


Hay que decir que a Ende no le gustó la adaptación, y aunque lo entiendo —se habían cargado la mitad de su libro—, sin embargo, a pesar de que los efectos especiales vistos hoy, con tantos medios digitales como hay, resultan anticuados, me ha parecido que transmite muy bien uno de los aspectos más impresionantes de la historia: la ambientación. El mundo de Fantasia es rico en criaturas, paisajes, lugares y leyendas; es un mundo estudiado hasta el más mínimo detalle, el marco perfecto para unos personajes y una historia llenos de luces y sombras, y todo ello lo supo recoger muy bien Wolfgang Petersen, que venía de haber presentado su magnífica Das Boot (El Submarino).
La película se convirtió, además, en todo un referente para una generación de niños y adolescentes y raro es que quien eran jovencito en los 80, no recuerde el film o la serie que se emitió en televisión. No menos exitosa fue la canción que aparecía en la banda sonora y que lleva el título de la película en inglés (The never ending story), interpretada por Limahl (su nombre real era Christopher Hamill, que había sido integrante del grupo Kajagoogoo).


Sin embargo, no por lo conseguido de la ambientación o lo trepidante de la historia podemos dejar de lado el mensaje que se esconde en las páginas del libro y que recoge muy bien la película. La historia interminable es probablemente la obra que mejor transmite la magia de la lectura; ya sea con explicaciones directas, con juegos de palabras o a través de leyendas. Ende habla al lector de la mentira y la verdad, de la importancia de ser fiel a uno mismo, del valor de los amigos y, por encima de todo, de lo importantes que son los libros.
Por esto mismo, dejarse arrastrar por La historia interminable es más que un entretenimiento a través de la aventura, es descubrir cuáles son las cosas importantes de la vida y lo fundamental que es luchar por ellas. Y es que aunque la historia de Bastian es pura fantasía, con ella también aprendemos a enfrentarnos a la realidad.




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