miércoles, 30 de marzo de 2016

1919. CRÓNICA DEL ALBA, 2ª PARTE

En un marco de enorme malestar político y decadencia social, José Garcés (Miguel Molina), un adolescente de 15 años, en esa convulsa situación va descubriendo los sinsabores pero también los placeres de la vida. De familia burguesa venida menos y arruinada, Garcés queda solo trabajando de mancebo en una farmacia, lugar por el que van pasando enigmáticos personajes. En la rebotica, Garcés despierta al sexo con Isabelita (Cristina Marsillach), una chica de su edad, criada e hijastra de un misterioso revolucionario. Para ella no existe la fidelidad y tiene la clara intención de ejercer de prostituta en Barcelona. Para ello se arrima a José, pues ve en él la posibilidad de huir de su casa y alcanzar su sueño. Sin embargo, José tiene también un platónico amor de infancia con Valentina (Emma Suárez), amor cada vez más difícil de cristalizar por razones diversas, entre las que no se esconde su mala situación económica y la de su familia, en oposición a la adinerada posición de la familia de Valentina, cuyos padres lo rechazan. De otro lado está también la pasión que siente hacia Isabelita, y su  amistad con el líder de la sublevación del momento y su afinidad por el submundo de la revolución. En medio de tantos conflictos, José Garcés se siente ahogado por su lamentable existencia, y oprimido por las dificultades; se ve impotente ante el futuro, adivinando en su interior un destino desdichado y de puertas cerradas.


La historia 1919. Crónica del alba. 2ª parte se desarrolla en Zaragoza en 1919, un año en que se producen sublevaciones anarquistas muy importantes y la revuelta del cuartel de Palafox.
El guión sigue el relato de la obra literaria de Sender, continuación de Valentina, que muestra el cambio sufrido por los personajes principales durante los acontecimientos sociales de la España de los años veinte.


Aunque la atmósfera prerrevolucionaria, los encuentros clandestinos amorosos y políticos, la juventud estudiantil, la sociedad burguesa tambaleándose y algunos ambientes concretos como el entorno familiar o el trabajo en botica al que se dedica Pepe están muy conseguidos, lo cierto es que, en general, esta segunda parte no consigue el nivel de la 1ª y ya en su momento tuvo bastante menos repercusión que Valentina. Quizá su mayor virtud es la manera intimista de contar la historia que narra.




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