Roma (Italia), 6 de junio de 1966 a las 6 de la mañana, el diplomático norteamericano Robert Thorn (Gregory Peck), amigo del propio presidente de su país y posible futuro candidato a la Casa Blanca, se desliza por las calles de la Ciudad Eterna a bordo de un taxi, su esposa está dando a luz en un hospital.
Cuando llega al centro sanitario, le informan que el niño ha nacido muerto, un sacerdote, el padre Spiletto (Martin Benson), le ofrece en adopción un niño que ha nacido en el mismo momento, sin padre conocido y cuya madre ha muerto en el parto.
Thorn se muestra reacio, pero sabe que su esposa va a quedar devastada por la noticia que aún no conoce, por lo que, al final, acepta.
El niño recibe el nombre de Damien (Harvey Stephens) y se traslada a Londres con su familia, cuando su padre es nombrado embajador de EE.UU. en el Reino Unido. Cuando celebra su quinto cumpleaños, se suceden una serie de extraños sucesos en la casa, la niñera se suicida, ahorcándose a la vista de todos; un perro rottweiler aparece en la mansión y unos días más tarde se presenta una nueva niñera, llamada Mrs. Baylock (Billie Whitelaw), un personaje extraño y a quien, al parecer, nadie ha llamado, ha sido enviada directamente por una agencia que se enteró del fallecimiento de su predecesora.
Un fotógrafo de noticias llamado Keith Jennings (David Warner) ha tomado algunas fotografías que parecen preveer los accidentes que están relacionados con los Thorn. Además, el embajador es visitado por el padre Brennan (Patrick Troughton), un sacerdote que le apremia para que tenga cuidado con Damien, según él la vida de su esposa está en peligro.
El guión del film es un caso curioso, porque sobre una idea original del productor Harvey Bernhard, David Seltzer lo fue escribiendo al tiempo que la novela que se publicó un mes antes del estreno y formó parte de la inmensa campaña de propaganda que sirvió para lanzar la película y en la que se gastaron buena parte del presupuesto de la producción.
Con una logradísima banda sonora de Jerry Goldsmith, por la que ganó el único Oscar que posee, en el reparto estaban un actor que ya era un mito entonces, como Gregory Peck y la no menos famosa Lee Remick.
Sin duda con la pretensión de aprovechar el éxito de El exorcista, un entonces casi desconocido Richard Donner, con un amplio bagaje televisivo, habiendo participado en series de éxito como Perry Mason, El agente de CIPOL, Jim West o El superagente 86, consigue un film que ha trascendido el género de terror junto a la mencionada El exorcista o Rosemary's Baby (estrenada en España con el título de La semilla del diablo)
La película sabe mantener la tensión del suspense y la sensación de desasosiego durante todo el metraje y es de las que te pone los pelos de punta.
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