Vine a Madrid para matar a un hombre al que no conocía...
Así comienza esta novela de Antonio Muñoz Molina en la que el autor rinde un homenaje a aquellos luchadores antifranquistas que venían a España a jugarse el pellejo enviados por hombres que no sabían lo que aquí ocurría. Así les iba, claro. Ya lo señalaba Semprún cuando comenta que en en España, lejos de lo que se les decía por los dirigentes comunistas, que la gente estaba harta de represión, se encontró con un pueblo que lo pasaba bien, tratando de alejarse de las consignas políticas.
Beltenebros bebe de muchas fuentes, de la novela negra clásica tipo Raymond Chandler, Dashiell Hammett o Patricia Highsmith, pero también de las novelas de espías o relacionadas con con ese asunto (John le Carré o Graham Greene, por citar alguno). El ambiente de la novela es un Madrid tenebroso, en los alrededores de la estación de Atocha, más allá de Antón Martín, donde comenzaba la oscuridad.
Narra la llegada a la capital de un agente enviado para matar a un presunto traidor, un hombre que ha vendido a sus compañeros, que han ido cayendo uno a uno en manos del siniestro comisario Ugarte, un hombre invisible, del que nuestro hombre, el capitán Darman, irá descubriendo que no es el que parece.
Con reflexiones alrededor de este mundo oscuro de la lucha clandestina, en el que se mueven hombres mitad profesionales, mitad idealistas, estamos ante una novela de cierto nivel, con un final que me recuerda al Tercer Hombre y con un discurrir que va atrapando al lector para llegar a la resolución del misterio que supone, a la vez, un desengaño y una luz de esperanza para el futuro.
Excelente argumento el de esa novela de Muñoz Molina. No la conocía.
ResponderEliminarLos autores que citas de novela negra son todos unos "patanegras".
La novela no está mal, seguramente uno de los mejores trabajos del autor.
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