Marcelino (Adolfo Marsillach), propietario de una fábrica de chocolatinas en un apartado rincón de España, siguiendo los consejos de su madre y de su tía, viaja a Madrid para encontrar novia y conoce a Maribel (Silvia Pinal), una "señorita de compañía", extremo este que él desconoce, y se enamora. En su segundo encuentro, tiene pensado llevarla a casa de su tía, para presentársela a esta y a su madre, que la toman por una chica moderna y sin prejuicios, justo lo que buscaban para Marcelino.
Cuando Maribel conoce las pretensiones de matrimonio de Marcelino, tiene el impulso de salir corriendo, sin embargo, madre y tía, la convencen de que va a ser acogida como una hija en la familia y ella, aunque piensa que están un poco locos, decide seguir adelante hasta ver en qué para todo.
Enteradas del asunto sus compañeras de "profesión" con las que comparte piso, convencen a Maribel de los posibles peligros que encierra el asunto, pues piensan que Marcelino pretende llevársela para hacer algo malo con ella, posiblemente matarla y hacerla desaparecer sin dejar rastro. Además, descubren que hay algo oscuro en el pasado de la familia relativo a la primera mujer de Marcelino que, conforme averiguan más adelante, falleció en extrañas circunstancias que son mantenidas en secreto.
Cuando Marcelino se lleva a Maribel a su casa en el pueblo, las amigas, temerosas de la integridad de su compañera, les acompañarán, dispuestas a velar por ella y a destapar los misterios que envuelven a Marcelino y su familia.
Basado en la obra de teatro homónima de Miguel Mihura, estrenada un año antes del film. El autor del texto teatral, no se mostró del todo conforme con la supresión de algunos diálogos y escenas, aunque cobró un buen dinero por los derechos y obtuvo la garantía de que no se estrenaría hasta acabar la temporada de teatro. Por mi parte, añadiré que, a mi modesto entender, la película no supone menoscabo para la obra original y el guión, firmado por Vicente Coello y Luis Marquina, supone una buena base para el posterior trabajo de realización de José María Forqué.
La pareja protagonista hace un buen trabajo, con un Marsillach en su mejor momento y una Silvia Pinal que se adapta de maravilla al personaje, bien secundados por dos veteranas de nivel en la escena española: Julia Caba Alba y Guadalupe Muñoz Sampedro (aquella ya había interpretado a la tía de Marcelino en el teatro). La película supuso el debut en el cine de Gracita Morales (en los créditos, todavía Gracia Morales), en el papel de Niní, una de las compañeras de Maribel, interpretada sobre las tablas por Laly Soldevila.
Con una espléndida fotografía de José Aguayo, el film tiene un fondo de misterio para el que Forqué manifestó en alguna ocasión que se había inspirado en Arsenic and Old Lace (Arsénico por compasión, de Frank Capra), aunque gran parte del la ambientación, con habitaciones cerradas, puertas ocultas, misterios que se descubre tienen una explicación de lo más sencillo, recuerdan en cierto modo al maestro Hitchcock. La película añade una especie de prólogo que, al igual que lo que correspondería al tercer acto de la obra de teatro, se rodó en exteriores del Lago de Sanabria y alrededores.
Una película muy bien hecha, entretenida, con ese humor tan característico de Mihura, muy bien hilvanado con la parte de misterio que envuelve la historia, que permite disfrutar de un rato de lo más agradable, con esta versión de una de las más conseguidas comedias del autor español.
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