Durante la guerra civil estadounidense, un capitán y dos soldados de la unión, se hallan prisioneros en un penal confederado. Desde la ventana de su celda observan que en una plaza cercana, está anclado un globo aerostático en el que pretenden huir si logran evadirse.
La ocasión se presenta cuando va a ser ingresado en la celda un corresponsal de prensa que también ha sido detenido. Una vez reducidos sus guardianes, los cuatro hombres intentan por todos los medios hacerse con el globo, a pesar de los intentos de los confederados por impedírselo, logrando por fin hacer que despegue, no sin verse obligados a llevar como pasajero a un soldado rebelde que intentó frustrar la huída.
El globo navega en medio de una interminable tormenta que les hace, no solo atravesar todo el país, sino sobrevolar el Pacífico, momento en el que sufren la avería de la válvula que regula el gas y comienzan a perder altura de modo vertiginoso, yendo a parar a las playas de un territorio desconocido para ellos.
Al poco de estar en lo que comprobarán más adelante, es una isla, encuentran al capitán Cyrus Harding (Michael Craig), que había caído al mar antes de llegar a la isla, gracias al humo de una fogata que alguien desconocido ha encendido junto a su cuerpo extenuado. Esta no será la única sorpresa que les depara su estancia en el lugar, más de una vez reciben ayuda de alguien misterioso que rescata a los náufragos de situaciones comprometidas.
Cuando llevan un tiempo en la isla, encuentran en la playa a dos mujeres que se hallan inconscientes y que han llegado allí junto a un marinero que ha fallecido, se trata de Lady Mary Fairchild (Joan Greenwood) y su joven sobrina, supervivientes del naufragio del barco que les llevaba desde Valparaíso hasta Inglaterra y que se unirán a sus rescatadores en la lucha común por la supervivencia.
Adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Julio Verne. La versión cinematográfica cambia algunas cosas del original literario, introduce una serie de bichejos gigantescos que no estaban en el primer proyecto, pero que fueron añadidos por los productores en busca de mayor espectacularidad y la presencia de dos mujeres, a la menor de las cuales, aligeran de ropa en cuanto se presenta la ocasión, mostrando muslo sin recato.
Una de las cosas por las que es más recordado este film es por uno de esos añadidos que no estaban en la novela, el de los animales gigantescos, para lo que se contó con el trabajo del rey de la técnica de animación conocida como stop motion, Ray Harryhausen, un mito para los amantes del género fantástico y que intervino en la no menos mítica Jasón y los argonautas.
El realizador de la película, Cy Endfield, lo fue también de otro recordado film, Zulú, que supuso el debut con un papel relevante de Michael Caine.
Estamos ante un film de entretenimiento que cumple su papel, aunque las escenas espectaculares del mismo, han perdido mucho con los años y ahora dejan asomar una sonrisa cuando las contemplamos.
Las actuaciones no son nada del otro mundo, pero sí destacaría la excelente partitura de Bernard Herrmann y las escenas del inicio que me han parecido magníficamente rodadas. A partir de la llegada a la isla, que es cuando en la novela comienza la verdadera emoción, aquí la cosa decae bastante.
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