Editado por la marca argentina Longseller, este librito que incluye deliciosas ilustraciones, además de acercarnos algunos de los poemas más famosos de los autores chinos de las dinastías Chou, Han, Chin, T'ang, Sung, Yuan y Ch'ing, contiene una interesante introducción de Roberto Curto que nos permite conocer y poder comprender mejor la forma de pensar y hacer de estos poetas tan alejados de la concepción artística del mundo occidental. Desde sus fundamentos filosóficos y espirituales, hasta los procedimientos técnicos, en los que caligrafía y pintura forman un todo con la escritura propiamente dicha.
Curto nos introduce en las características del lenguaje poético (Wen-yen), plagado de imágenes y metáforas y en el que tiene gran importancia el uso de los homófonos que permiten ingeniosos juegos de palabras.
La esencia de la poesía china es la transmisión del espíritu de vida, tal como resulta manifestado por un evento, y de los sentimientos que este evento despierta. El poeta, mediante la práctica de un camino espiritual, llega a hacerse uno con el Universo y, luego de asimilar esta experiencia ontológica, la expresa a través de su poesía que resulta ser en sí misma un camino espiritual.
Una forma amena de aproximarnos a un apartado de una cultura que es la única en la historia de la humanidad con una tradición ininterrumpida de más de seis mil años y su poesía es tal vez, la única en la historia de la poesía con una tradición ininterrumpida de no menos de tres mil años.
Reproduzco ahora un poema de Su T’ung-po (1036-1101):
Todos en el mundo quieren que sus hijos tengan talento,
pero a causa del talento, yo he sufrido toda mi vida.
Ojalá hijo mío, que seas estúpido y zopenco,
y, libre de problemas, llegues al cargo de primer ministro.
Joder que bueno ese poema que resumes; me encanta. Cuantos políticos hay en este país, que lo que tienen es mucha labia y palabra; pero preparación poca. Y eso que los de ahora ya van cambiando; me refiero en cuanto a nivel cultural.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Es que a veces parece que elegimos (o eligen los partidos) al más tonto.
EliminarGracias Anna.
ResponderEliminarMe he dado una vuelta por tu blog y me parece que escribes muy bien y con mucho sentimiento.