miércoles, 11 de diciembre de 2013

GRITA LIBERTAD

La doctora Mamphela Ramphele (Josette Simon) que trabaja en un hospital para negros en Sudáfrica, se muestra decepcionada cuando lee en el Daily Dispatch un artículo del editor del periódico, Donald Woods (Kevin Kline), en el que acusa de fomentar el odio hacia los blancos al líder del Movimiento de Conciencia Negro, Steve Biko (Denzel Washington).
La médico tiene a Woods por un liberal que está en contra de la política de apartheid del gobierno, de hecho, ella ha acabado la carrera gracias a una de las becas del periódico para estudiantes negros, por eso se siente dolida e invita a Woods a que tenga una entrevista con Biko antes de seguir vertiendo opiniones sobre él sin conocerle.
Woods acepta, Biko le recibe en el centro comunitario en el que colabora y uno de cuyos objetivos es que los negros aprendan a estar orgullosos de su propia cultura.
A partir de ese momento, la semilla de la amistad quedará sembrada entre los dos hombres.


El guión de la película se basa en un par de libros escritos por Donald Woods sobre el tema.
A pesar de las apariencias, el asunto central del film no es la figura de Biko, por más que lógicamente juegue un papel muy importante, la historia que se nos narra es la del periodista, algo que a más de uno le puede resultar un tanto decepcionante.


En realidad la persona de Biko está rediseñada, solamente quienes conozcan la biografía de este hombre podrán apreciar la cantidad de sugerencias que se dejan caer en la película sobre aspectos de su vida sentimental, por ejemplo.


No son las únicas sugerencias que muestra Richard Attenborough en su film, está salpicado de ellas: La playa, casi desierta, en la que sólo hay bañistas blancos; el policía de color que va a dar el relevo a sus compañeros blancos cuando vigilan la casa de Woods y se tiende en la hierba, al lado de la parada del autobús que está reservada para los blancos...; muchos detalles que el espectador poco avispado puede perderse, pero que son una gozada para quien los va captando, puro lenguaje visual.


En estos días en los que la despedida a Mandela copa las portadas de los noticieros de todo el mundo, no está mal recordar que hubo muchas otras personas, hombres y mujeres, que quedaron en el camino de la larga lucha por la libertad y la igualdad. La memoria de muchos de ellos ha ido diluyéndose, Steve Biko fue uno de ellos y Donald Woods un periodista que quedó tan impresionado por la labor de su amigo y la mentira con la que el régimen de Pretoria trató de tapar su muerte, que sacrificó su cómoda existencia y la de su familia para que el legado de Biko no quedara en el olvido.
Película de correcta factura, con buenas actuaciones y el valor de documento de una época no tan lejana que conviene tener presente, aunque sólo sea como homenaje a todos los que empeñaron su existencia por acabar con la vergüenza del apartheid.




7 comentarios:

  1. A mi me gusta mucho... La direción de Attenborough es muy correcta y goza de un ritmo aceptable para ser una película de más de dos horas. Buenas interpretaciones y lo mejor, el mensaje de esperanza y lucha por la igualdad y contra el Apartheid.

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  2. A mí también me gusta, Iñigo, de hecho la tenía fresca en la memoria y la he vuelto a ver.

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  3. Me parece muy buena y muy bien tratada.

    Saludos Trecce.

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  4. Pues gracias a tu reseña me he decidido a verla y hoy ya he visto media hora de peli al mediodía.

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  5. Me parece que últimamente no sólo la vida de Biko ha sido rediseñada.

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  6. Al menos aquí se limita, en buena medida, a su vida privada, pero ya sé por dónde vas.

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