Rodrigo Diaz de Vivar (Charlton Heston) caballero castellano, mantiene una escaramuza con los moros cuando se dirige a Burgos para contraer matrimonio con Jimena (Sofía Loren). D. Rodrigo decide perdonar la vida de su prisionero Al-Moutamin (Douglas Wilmer), lo que le enemista con el Conde Ordóñez (Raf Vallone), que deseaba llevarlo a presencia del rey para que fuera ajusticiado y acusa a Rodrigo de traición.
El padre de Jimena cancela la boda de su hija precisamente a raíz de esta acusación y, a su vez, ofende el honor del padre de Don Rodrigo. Cuando éste solicita una satisfacción, se produce un duelo en el que Rodrigo da muerte al padre de Jimena.
Para restituír su honor, Rodrigo se ofrece para participar, como alférez del rey, en el combate que va a decidir el futuro de Calahorra, plaza que se disputan Castilla y Aragón.
Que la película se salta a la torera el momento histórico en el que vivió el protagonista, es algo más que evidente y sobre todo para el público español, las licencias sobre los personajes y situaciones son constantes y aunque los nombres de personajes y lugares son reales en su mayoría, no se corresponden con los que aparecen en el film. Pero es que partimos de la base de que El Cid es un personaje que nace tanto de la leyenda como de la propia historia en sí y que, ya en su momento, los hechos históricos fueron acomodados en beneficio de la épica y la aureola de leyenda que envolvía al personaje.
El Cid es uno de los personajes más atractivos de la historia de España para el público del otro lado del Atlántico, y el controvertido productor Samuel Bronston consideró que sería un buen punto de partida para la nueva aventura que emprendía, que no era otra que comenzar a producir películas desde nuestro país, para lo cual montó unos grandiosos estudios en la capital de España de donde saldría unas cuantas superproducciones. Quizá esta película, junto con algunos momentos de "55 días en Pekín", fue lo mejor que salió de aquellos estudios.
Llevar al cine la historia del Cid no era algo nuevo, ya a principios de los 50, el realizador español Rafael Gil se había hecho con los oportunos derechos y estaba dando vueltas al proyecto con un guión de Vicente Escribá y en 1955 buscó localizaciones en Burgos, Santo Domingo de la Calzada y San Pedro de Cardeña.
Bronston le compró los derechos, descartó el guión de Escribá y le encargo uno nuevo a Philip Yordan. Del elenco que Gil tenía previsto, con Paco Rabal para el papel del Cid, no quedó nadie y se cuenta que el realizador, Anthony Mann, llegó a pensar en su esposa, Sara Montiel, para el papel de Doña Jimena.
Al final, se confecionó un cartel de relumbrón, con Charlton Heston, Sophia Loren, Raf Vallone o Geneviève Page entre otros.
Lo cierto es que la película es un producto más que digno, con unas buenas interpretaciones, sobre todo la de Heston, muy convincente en su papel; una no menos buena partitura que lleva la firma de un clásico como Miklós Rózsa y una cuidada puesta en escena, con algunas secuencias muy conseguidas como el duelo entre Rodrigo y el alférez del rey Ramiro de Aragón, uno de los mejores momentos del film, junto al asalto y posterior defensa de Valencia, en el que tropas cristianas y moras se enfrentan a los árabes africanos de Ben Yussuf (Herbert Lom), con el evocador combate final en el que la presencia del Cid, ya muerto y sujeto a su caballo Babieca, da la victoria a las tropas cristianas.
Un film entretenido, con una bonita historia de amor/odio entre Loren y Heston y que quizá rechine un tanto al público español, pues enseguida vemos que Peñíscola ha sido reconvertida en Valencia o que el cerco de Zamora se rueda en un lugar que nada tiene que ver con la ciudad del romancero, además de ese cambio constante entre lo que sabemos por los libros de historia y lo que se nos cuenta en el film. Pero como digo siempre en estos casos, el cine es el cine y la película no desea contarnos la Historia, sino contarnos "una historia", algo que, a su modo, también hace el romancero, cuando convierte a quien en realidad fue un señor de la guerra que destacó por encima de otros debido a su habilidad como militar y estratega, en un héroe de leyenda que ha trascendido a los tiempos.
La película se estrenó en Londres el 5 de diciembre de 1961 y el 27 de ese mismo mes, con toda la pompa y la parafernalia del Régimen Franquista, se produjo su estreno en España, en el cine Capitol de Madrid.
No suelo incluír imágenes que no correspondan genuinamente al film, salvo que alguna de las que encuentro me parezca especialmente curiosa y esta que va a continuación es una de ellas, con Charlton Heston, el inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente y D. Ramón Menéndez Pidal en un descanso del rodaje.
¡¡Ainsssssss!! Este cine tan épico ya no se ve en las pantallas... tendrá muchas pegas que hacersele, pero ¡¡lo que me hizo disfrutar viéndola en su día!! Gracias Trecce.
ResponderEliminarAlmaLeonor
Es que, como film de aventuras, por así decirlo, es muy entretenida.
EliminarBueno a mi me gustó, y de hecho también es de las que he visto varias veces. Desde luego para la época del franquismo la película era ideal. Paco la "culona", seguro que se la vería un día sí y otro también.
ResponderEliminarSaludos.
Una de las ideas más repetidas en la película, es la salvación de España, así que imagínate cómo se pondrían de contentos, ellos que se consideraban los salvadores de la patria.
EliminarSin olvidar los efectos especiales de la época, la imaginación.
ResponderEliminarTodo forma parte de la película.
EliminarGran película. No te cansas de verla. Buena crítica.
ResponderEliminarSeguramente la mejor de las que produjo Bronston en España.
EliminarLa vida del Cid Campeador es inagotable para el mundo del cine, aunque últimamente no es muy utilizada.
ResponderEliminarMe temo que no hemos sabido sacarle demasiado partido a nuestra rica historia.
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