Garcilaso de la Vega, hijo de una noble familia castellana, es el representante genuino del ideal de caballero renacentista, la pluma y la espada se alternan en la breve e intensa vida del hidalgo, amigo y miembro del personal de la corte del Emperador Carlos, a quien fue a recibir a su llegada a tierras hispanas en Santander, participó en algunos destacados encuentros de armas que las tropas españolas mantenían en diversos lugares de Europa.
En el plano poético, Garcilaso es reconocido, junto a su amigo Juan Boscán, como el introductor de la poesía de corte petraquista en la literatura española, adoptando el endecasilabo y el lenguaje claro y sencillo que se convirtió en referencia innegable para la poesía española posterior.
Garcilaso murió en Niza a consecuencia de las heridas sufridas en el cerco de ciudad, donde estaba al frente de un tercio de infantería, tras el temerario asalto a la fortaleza de Le Muy, donde fue el primero en subir la escala.
En sus versos hay muchas referencias a Elisa, anagrama de la dama portuguesa Isabel Freyre, a la que había conocido cuando acompañó a Carlos I con motivo de su boda con Isabel de Portugal y de la que se anamoró platónicamente.
El estilo de Garcilaso es muy característico: cuida la musicalidad del verso mediante el uso de la aliteración y se impregna de melancolía por el transcurso de la vida, lo que él llamó su «dolorido sentir». Escribió 40 sonetos.
ResponderEliminarAlguno de ellos bellísimo.
Eliminar