La Apuesta de Pascal es una sugerencia planteada por el filósofo, matemático y físico francés Blaise Pascal. Según Pascal, creer en Dios es apuesta más segura que no creer, porque eso abre cuatro posibilidades:
1. Si creo en Dios y no existe, tras mi muerte no pierdo ni gano nada.
2. Si creo en Dios y existe, gano la vida eterna.
3. Si dudo de Dios y no existe, no gano ni pierdo nada.
4. Si dudo de Dios y existe, me gano una tortura eterna en el infierno.
Por supuesto, este razonamiento, ha sido objeto de unas cuantas críticas y de múltiples reflexiones, algunas del propio Pascal, complicando el asunto a medida que se introducen variables en el sencillo planteamiento inicial.
Resultaría farragoso y quedaría demasiado largo, hacer aquí un recorrido por las numerosas refutaciones que se han planteado, pero no me resisto a hablar sobre una de ellas, la que incide en la falacia que supone asegurar que creer en Dios, por las buenas y sólo desde un punto de vista interesado y egoísta, no supone ninguna pérdida.
Es obvio que eso no es así, pues la creencia en un dios, implica seguir una serie de normas, someterse a unas obligaciones y abstenerse de algunas cosas que quedan prohibidas.
Por ejemplo, en nombre de determinado Dios, se practica la ablación del clítoris en las niñas; los terroristas suicidas se inmolan; se rechaza el uso del preservativo en lugares donde el Sida es una plaga; se discrimina a los seguidores de otras religiones... Y así podríamos seguir.
Creo que cada cual debe creer en lo que quiera sin interferir en los demás. Partiendo de este principio, y como nuestra personalidad nunca es la misma porque varía con el tiempo y las circunstncias, por lo mismo puede haber periodos en los que se crea y otros en los que no, ondulando entre las distintas creencias. Tema, en todo caso, farragoso y del que nunca obtendremos un respuesta totalmente satisfactoria.
ResponderEliminarUn saludo
La entrada es, para mí, una especie de divertimento, tampoco pretendo ponerme demasiado trascendente.
EliminarMe quedo con la frase. Da que pensar.
ResponderEliminarY para darle muchas vueltas.
EliminarAntes de 100 años sabremos cuál de las opciones es la buena.
ResponderEliminarDe momento me quedo con la 2.
Tú si le has cogido bien el sentido a la entrada. Un saludo.
EliminarLa existencia de practicantes no creyentes viene desde muy antiguo; por ejemplo los romanos con su religión clasica. Jung, entre otros, situa la eficacia de la religión en aliviar la inflamación espurea de una identidad individual, narcisista y adicta a una racionalidad que no siempre tiene respuesta para todo.
ResponderEliminarDisculpen otra cosa interesante que se desprende de Jung es que la religión es eficaz, ni aunque no se crea. Todo yo son muchos yoes.
ResponderEliminarSi Dios, y/o algún otro tipo de realidad existiese, lo que nosotros pensemos al respecto pienso que no vale para nada. Existiría independientemente de nuestro pensamiento. No estoy de acuerdo con Pascal, pienso que aunque no creas también te puedes salvar, o te salvas, o vas al Cielo o como lo quieras llamar.
ResponderEliminarEs decir, no podemos elegir lo que tras la muerte y, de poder hacerlo, no tenemos conocimientos ni criterios como para poder elegir bien. Todo son hipótesis pues. Y de estas las hay muy variadas, incluso los hay, sin verdadero conocimiento de causa, que prefieren que no haya nada.
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