DREAMGIRLS

El film narra el ascenso de un trío de mujeres: Effie White (Jennifer Hudson), Deena Jones (Beyoncé Knowles) y Lorrell Robinson (Anika Noni Rose), que han formado un grupo prometedor llamado The Dreamettes.

El ambicioso agente Curtis Taylor (Jamie Foxx) las descubre durante un concurso musical, y les ofrece la oportunidad de su vida: hacer los coros para el famosísimo James “Thunder” Early (Eddie Murphy). Poco a poco, Curtis empieza a controlar el aspecto físico y la música de las chicas para acabar lanzándolas como The Dreams. Pero los focos no tardan en centrarse en Deena, olvidando e incluso apartando a la menos atractiva Effie.

A pesar de que The Dreams se convierten en un auténtico fenómeno de costa a costa, no tardan en darse cuenta de que el precio de la fama y de la fortuna es mucho más elevado de lo que imaginaban.

El guión se basa en un musical, estrenado en Broadway el 20 de Diciembre de 1981, tras muchos avatares largos de contar y que me llevarían mucho espacio. Fue dirigido y coreografiado por Michael Bennett, con Ben Harney como Curtis Taylor y Jennifer Holliday en el papel de Effie.

La obra fue muy bien recibida por crítica y público, consiguiendo alzarse con 13 nominaciones a los premios Tony, de los que consiguió seis, incluyendo los de mejor libreto, coreografía, actor y actriz en un musical. La última función tuvo lugar el 11 de Agosto de 1985.

Ya desde el estreno, el musical despertó el malestar de mucha gente del mundillo por la similitud de situaciones de la vida real que quedaban reflejadas en la obra cambiando los nombres de las personas. Está claro que las Dreamettes son una representación del famoso trío The Supremes (hasta el nombre es una sutil alusión); que el personaje de Deena, interpretado por Beyoncé, está inspirado en Diana Ross, solista de las Supremes; el de Effie, se inspira en Florence Ballard, otra de las Supremes, aunque con matices que recuerdan a Aretha Franklin; en el personaje de Jamie Foxx, algunos han visto ciertos parecidos con el productor Berry Gordy y sus conexiones, nunca probadas, con la mafia.

Todo esto se refleja en el film, que es mucho más explícito que el original a la hora de mostrar similitudes (algunas descaradas, como la de los Jackson Five o B.B. King), aunque los autores siempre negaron que tuvieran en mente alguien en concreto, y provocó diferentes reacciones, por ejemplo Diana Ross les puso una cruz como una catedral.

Dreamgirls presenta una historia donde los productores musicales son implacables, posesivos e inhumanos y permite ver al espectador la frialdad y falta de escrúpulos hacia las personas, pero no hacia el dinero.

El caso es que el film lo tenía todo para triunfar: Una buena historia, un director reconocido, unos actores principales con gancho, unos secundarios de lujo, presupuesto alto, éxito previo en el teatro... Y, al final, hay que reconocer que tiene sus puntos buenos, una correcta dirección musical y artística, una ambientación cuidada hasta en los detalles pequeños, unos números musicales, en algún caso, notables, pero le falta ese algo que te conecta con el público, conexión que no acaba de conseguir plenamente.

Los actores están correctos, pero tampoco para tirar cohetes, aunque es curioso ver a Eddie Murphy representando un papel en el que no tiene que hacer tonterías, o enterarse de que Jamie Foxx rechazó el papel porque no le pagaban lo que pedía, pero al enterarse de que Murphy y Beyoncé estarían en la película, se ofreció a firmar el contrato.

En cuanto a Jennifer Hudson, alabada por todos como el gran descubrimiento del film, es cierto que está impresionante, pero sólo cuando llena la pantalla con ese prodigioso torrente de voz que tiene. La otra estrella, Beyoncé Knowles, a quien casi todos critican, porque canta muy bien, pero su actuación es bastante plana, es cierto, pero si su papel es el de una mujer que tiene buen físico y que gracias a él aparta a la que lo hace mejor, pero que tiene peor presencia física, pues me parece que, aunque no del todo, se aproxima al efecto deseado.