Nick Papadakis (John Colicos), es un inmigrante griego que tiene un negocio de gasolinera con un restaurant al borde de una carretera en algún pueblo de California. Hasta ahí llega Frank Chambers (Jack Nicholson), un vagabundo que finge estar a la espera de alguien. Nick le dice que coma mientras tanto y se muestra muy amable con él, pese a que se ha dado cuenta que está mintiendo; lo que quiere el griego es convencerlo para que se quede como su ayudante en el negocio, ya que Frank asegura que sabe algo de mecánica.
Frank de ninguna manera piensa aceptar. Pero ve a Cora (Jessica Lange), la mujer de Nick, y queda impactado por ella.
El sentimiento que esta mujer le despierta, al principio es un atractivo físico casi animal, pero a medida que pasa el tiempo siente que algo más profundo va naciendo en él.
La necesidad que siente de ella es lo que le lleva a aceptar eliminar al marido.
Ya de entrada, manifiesto mi preferencia por la adaptación que hizo Tay Garnett de la novela homónima de James M Cain.
Dicho lo cual, reconozco algunos valores que me hacen apreciar este remake, sobre todo por la interpretación que hacen los dos protagonístas, con un Nicholson dando lo mejor de lo que tiene y una Jessica Lange que alcanzó la cima de su carrera.
Muy buena imágenes de un gran talento de la fotografía, como es Sven Nykvist, el preferido de Ingmar Bergman, en esta adaptación un tanto particular, en la que David Mamet da mucho espacio a su propia inventiva.
Si la peli de Garnett mantenía el sello noir que la novela ofrecía, Bob Rafelson parece que lo que pretende, por encima de cualquier cosa, es poner en primer plano las escenas de sexo y, con ello, ahoga bastante la trama.
Bien es cierto que consigue transmitir al espectador un alto voltaje erótico ayudado por la perfecta química de ambos protagonistas, cuyo lenguaje gestual es, sobre todo en la primera parte del film, una verdadera gozada.
Bueno que decir de esta película, yo creo que además de estar muy bien, sus escenas de alto contenido erótico dio mucho que hablar.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Nos enseñaron a dar un uso alternativo a la mesa de la cocina.
EliminarComo esta semana ya me han llamado pedante, aprovecho para recordar las otras dos adaptaciones de la novela de James Mallahan Cain al cine: Le dernier tournant de Pierre Chenal 1939; Ossesione de Luchino Visconti 1942 y las dos mencionadas por Trecce. El guión de David Mamet es muy bueno. Esto para los que lean la novela.Perdón, pues, por la pedantería.
ResponderEliminarLa peli de Visconti que no pudo ser estrenada en EE.UU. ¡Faltaría más!
EliminarMejor la de Garnett, para mí. Y ojo no perderse una versión de Visconti: "Obsesión".
ResponderEliminarP.D.: qué bueno era Cain, y Goodis, y Chandler, y Hammett, y Burnett...
Ahí había una generación de escritores (algunos de ellos también guionistas) que escribieron novelas que estaban pidiendo ser llevadas a la pantalla.
EliminarNo había leído el comentario de Manuel que ya hace referencia a esa película que anticipa el Neorrealismo, perdón...
ResponderEliminarNo se porque pero desde la escena de la cocina...habido muchas mesas de cocina por ahí,jajajaja.
ResponderEliminarMe gustó mucho esta película...la volvería a ver sin duda alguna, un buen trabajo de interpretación como de equipo.
Saludos Trecce.
Muy entretenida, desde luego.
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