Cosmo Vittelli (Ben Gazzara), antiguo combatiente en la Guerra de Corea, es propietario de un club donde se ofrecen espectáculos en directo, una especie de cabaret. El negocio no le va mal, siempre está rodeado de chicas espectaculares que trabajan para él, ha conseguido pagar todos los plazos del préstamo que le hicieron para poner en marcha el negocio y da la impresión de que empieza un periodo de recoger beneficios. Pero un día las cosas se tuercen cuando en una partida de póker (o blackjack, o lo que sea) pierde veinte mil dólares. Los dueños del casino en lugar de darle la tradicional paliza, se piensan una jugada más rebuscada: Que asesine a un corredor de apuestas chino. Pero ni el corredor de apuestas ni el plan son lo que parecen.
Con los beneficios obtenidos por su Una mujer bajo la influencia, premiada en el Festival de San Sebastián, Jonh Cassavetes se embarca en esta historia que no sé muy bien cómo calificar, dejémoslo en diferente.
Cassavetes es, para muchos, el más genuino representante del cine independiente, con películas muy personales que se salen de los cánones del momento y buscan experimentar y contar las historias de otra manera. Así que muchas veces, como ocurre en esta ocasión, algunos se aburrirán y otros aplaudirán con fervor por aquello de ver algo distinto, una especie de premio al esfuerzo por buscar innovación. Creo que ambas posturas tienen su parte de razón.
A base de movimientos de cámara rápidos, primeros planos, iluminaciones extrañas y un montaje un tanto peculiar, caemos en la cuenta de que una parte del film se ha rodado con una cierta improvisación (buscada, eso sí), pero con ello se consigue un mayor acercamiento a los personajes, a la propia historia y mayor credibilidad y fuerza dramática, aunque también es cierto que, a veces, cansa un poco.
Con una puesta en escena muy sesentera, que hace que la peli vaya pareciendo un tanto anticuada con el paso de los años, pero por otra parte, le dota de un cierto aire documental o, al menos, de testimonio de una época, con ese cabaret un tanto underground, de números algo chabacanos, con personajes un poco horteras, pero que forman una especie de familia. Es la historia de un perdedor que no pierde la sonrisa y el afán por mantenerse en su mundo, a su aire y con los suyos.
De cualquier modo, yo creo que la peli pierde por momentos su discurso a base de reiteraciones.
Un gran trabajo de Ben Gazzara que logra una magnífica actuación, quizá lo mejor de la película y Cassavetes que, según algunos críticos, lo que pretende es contarnos sus particulares experiencias sobre el mundo del arte y que encuentra un ambiente propicio para su cine en este destartalado cabaret al que convierte en su propio universo.
A mí la película me pareció entretenida y este actor Ben Gazzara también me ha gustado siempre mucho como trabaja, ya que desde luego como personajes que encarnan el papel del fuera de la ley los borda y tiene excelentes películas.
ResponderEliminarSiempre le tuve simpatía a Ben Gazzara y aquí realiza un gran actuación.
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