La guerra es brutalidad, es una situación que saca lo peor y lo mejor del ser humano y, como no siempre las situaciones son claras, como lo son cuando hay un enfrentamiento cara a cara, cada cual puede sacar diferentes consecuencias de todos esos acontecimientos.
Es más, habrá quien lo vea todo de color de rosa, porque él lo vivió así, porque incluso en las situaciones más criticadas por cualquiera, hay quien está a gusto o, al menos, no está tan mal.
Terrence Malick eligió su propia visión de la guerra y, como suele ocurrir con las películas de este autor, despertó reacciones encontradas. El cine de Malick es así, o crees haber descubierto otra manera de hacer películas y te puede parecer casi sublime o te aburres y si además de lo segundo, te enfrentas a una duración de casi tres horas, puedes llegar a dormirte. Pero si su cine te atrapa, te convertirás en uno más de esa legión de seguidores del genio texano.
Mientras algunos ven cómo su director preferido realiza un nuevo film cada año, los devotos de Malick han de esperar, en alguna ocasión hasta 20 años, en los que desaparece del mapa cinematográfico, así que cada una de sus nuevas obras es esperada con espectación máxima. Algunos pensaron que con este film iba a conseguir la obra maestra que le consagraría definitivamente, yo creo que, aunque la peli tiene incontables calidades, ese film definitivo aún está por llegar.
Quizá quienes busquen en la película un encadenamiento de escenas de acción, se sientan decepcionados, Malick busca algo más que escenas de guerra y, de hecho, buena parte de la película, esa que para algunos es soporífera, se desarrolla fuera de la línea de frente e incluso fuera del contexto bélico.
Porque, como decimos, el director busca algo más que decir, otras cosas sobre las que reflexionar ¿Filosofía?, puede ser, porque está contraponiendo de forma constante la barbarie humana con lo que para él es el equilibrio perfecto: La naturaleza.
Claro que es cierto que incurre en alguna que otra contradicción e incluso en cierto maniqueísmo, porque la naturaleza no es tan benévola, ni tan idílica como nos la presenta, la naturaleza es dura y, en ocasiones, cruel y también tiene sus conflictos, sus guerras. Así que por ahí, quizá Malick, no acaba de convencer con su discurso.
Es precísamente ese gusto por la naturaleza lo que lleva a que la película se convierta, en algunos de sus pasajes, casi en uno de esos documentales tipo National Geographic, con imágenes preciosas de los aborígenes (supuestamente de la isla de Guadalcanal), de su vida, que contrapone el director a la incogruencia de la guerra.
Y es que toda la película es una parábola sobre esta dicotomía, por eso está mostrando, constantemente, secuencias de vida animal en medio del desastre: El cocodrilo, los pájaros de colores dándose el piquito, los perros comiendo los cadáveres, los buitres, murciélagos, buhos...
Y sobre todo, las hojas, las ramas, los árboles, en toda su extensión, no sólo las imágenes, sino el sonido de la hierba alta mecida por el viento cuando las tropas están en combate.
De todas maneras, como digo, no deja de ser una visión un tanto parcial, defendiendo la idea rousseauniana de que el hombre es bueno por naturaleza y es en ella donde se muestra en toda su plenitud.
La película, como tal, como producto artístico, es una delicia y en eso sí que hay casi total unanimidad, una fotografía maravillosa y una banda sonora excelente debida a la mano del maestro Hans Zimmer.
Las actuaciones son bastante buenas en general, si alguna descuella es porque tiene más minutos en pantalla, así que resaltaremos a James Caviezel, Sean Penn, Elias Koteas, Ben Chaplin, John Cusack, John C. Reilly o Adrien Brody, por citar a los que más participación tienen, aunque el reparto es muy extenso, con nombres como John Travolta o George Clooney, cuya participación queda reducida a simples cameos y otros que ni siquiera aparecen en pantalla, caso de Mickey Rourke, Martin Sheen o Viggo Mortensen, porque las nueve horas de cinta, fueron recortadas por motivos obvios de exhibición cinematográfica.
La guerra es contada desde un punto de vista mucho más humano que en otras películas, desaparece la épica y se parece más a lo que yo supongo que será la realidad, sin heridos que lancen valientes soflamas antes de morir, ni soldados deseando entrar en combate con el enemigo, por el contrario, se palpa el miedo, la inseguridad de los mandos, un cierto desorden en los ataques por mor del desconcierto de ambos contendientes. Todo eso la dota de una especial humanidad y cercanía.
Así pues, una película para disfrutar no sólo de la historia, cuya forma de estar narrada puede ser tediosa para algunos, sino de las espectaculares imágenes que se nos muestran y para reflexionar sobre los mensajes que su director nos lanza, en eso, cada cual tendrá su opinión.
una magnifica pelicula donde se pone en escena la gran verdad de la guerra
ResponderEliminarpara conseguir una estrella mas en mi uniforme no importa lo que cueste tomen esa colina malditos bastardos mal nacidos
un abrazo amigo
Es triste pero es así. Los militares de graduación hacen cualquier cosa para escalar puestos y subir en el rango. Además en cierto modo, sino existiesen guerras cruentas y sangrientas que sentido tendría ser militar. El soldado guste o no, ha sido creado para la guerra. Saludos.
ResponderEliminarestá película la vi siendo demasiado pequeño, cuando aún la factoria Dísney era mi única productora cinematográfica. Me acuerdo que la escena que incluye el fotograma del mutilado que tu usas en tu crítica me impactó mucho, y es una película que sigo viendo de vez en cuando, sobre todo por Sean Penn, que es mi actor preferido.
ResponderEliminarUn film donde la dureza de la guerra se muestra sin concesiones a la galería, Hawai.
ResponderEliminarHay una frase en la peli, Rafa, creo que de Nick Nolte, que hace de coronel, en la que dice algo así como que es su primera guerra y que no va a dejar pasar esa oportunidad. Quién se quede en el camino, ese no es su problema.
ResponderEliminarBuff, Manu, pues si la viste de crío, ya tuviste paciencia. Aunque sí es cierto que alguna de las escenas del asalto a la colina, a mí me encantan, se dice que la peli es lenta, yo digo que Malick se lo toma con calma, pero repito, a pesar de que muchas escenas no son bélicas, las que tiene a mí me gustaron, son de un realismo impresionante.
ResponderEliminarA mi Malick me gusta. Y "La delgada linea roja" es una gran película, que muestra la verdad desnuda de la guerra, su crueldad e irracionalidad y el sufrimiento interior de aquellos soldados que combaten con el miedo metido en las entrañas.
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, Natalia.
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