Inevitable para mí acordarme, cuando veía esta peli de "Historias de la radio", de nuestro José Luis Sáenz de Heredia, quizá la mejor película del director tan vinculado al Régimen. Allen arranca para esta historia de una situación que era anecdótica en "Annie Hall", en la que mediante un flash-back, nos trasladaba durante unos instantes a la infancia de Alvy Singer, el alter ego del propio Allen. Así pues, estamos ante un film con claras connotaciones autobiográficas y, por si alguna duda queda, la infancia del narrador se desarrolla en la zona de Brooklyn en la que vivían un buen número de familias judías de clase baja. Así a través de los ojos del muchacho, asistimos a su fascinación por el mundo de fantasía que le llega a través de las ondas, a él y a una buena parte de la sociedad en la que vive, que deja sus problemas y sus miserías cotidianas y se sumerge en la fascinación del mundo radiofónico, con sus estrellas rutilantes, sus canciones y su mundo irreal.
Nostalgia y ternura se combinan, con el aderezo de una magnífica ambientación, una selección musical antológica, para mi gusto, lo mejor de la peli y una fotografía que nos regala algunas de las más lindas imágenes del New York de los cuarenta. Aunque los personajes quedan bastante bien perfilados, tampoco es que las actuaciones sean fuera de lo común dentro del nivel exigible a un buen film como es este. Allen se rodea de Danny Aiello, y de sus musas Mia Farrow y Dianne Wiest y, en otro guiño a "Annie Hall", una breve aparición de Diane Keaton. Quizá peca un tanto de diluirse entre el número de historias que nos cuenta, es como si se le amontonaran las cosas que nos quiere contar, aunque bien es cierto que si algunas dejan que desear, otras son memorables.
Volviendo al principio, yo me quedo con nuestra "Historias de la radio", aunque Sáenz de Heredia no sea Woody Allen (en ninguno de los sentidos), prefiero ver las interpretaciones de Francisco Rabal, Tony Leblanc, José Luis Ozores, José Isbert, Ángel de Andrés, Alberto Romea o Guadalupe Muñoz, que además de no tienen nada que envidiar, sino todo lo contario a los intérpretes de "Días de radio" Y encima, la peli logra transmitir mejor los sentimientos de añoranza, ternura y emoción, quizá porque sus historias nos resultan más cercanas (seguro que gente de otros países no la vería con los mismos ojos) y porque yo creo que acierta al reducir el número de historia que nos cuenta (básicamente tres). Eso sí, para selección musical, la de Mr. Allen: Glenn Miller, Kurt Weill, Cole Porter, Artie Shaw, Bing Crosby, nuestro Xavier Cugat, Benny Goodman... Una auténtica gozada.
Los actores españoles que has enumerado no tienen nada que envidiar a las grandes estrellas de Hollywood. Sobre todo en la comedía y tragicomedia han sido grandes maestros. Saludos.
ResponderEliminarY algunos de ellos, en su mejor momento cuando hicieron este film.
ResponderEliminarLa edad de oro de la RADIO no coincide en EEUU con España. La nostalgia se sustenta, en ambos casos, en percibir la magia de la radio "con la inocencia". Esa inocencia en el oyente, en el espectador, se perdió para siempre.Aquí eran Cabalgata fin de semana, Lo que no muere, Matilde Perico y Periquín, Diego Valor, el piloto del futuro. La radio podía "verse", era imaginación. Ahí reside su portentosas cualidades, hoy arrinconadas. En esencia los dos ejemplos son dos puntos de vista de una misma nostalgia, visiones poéticas, desde el cariño.
ResponderEliminarSuelo procurar aprender de los que saben, en estos dos asuntos, cine y radio, Vd. sabe bastante más que yo, así que...
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