lunes, 31 de enero de 2011

¿QUÉ OCURRIÓ ENTRE MI PADRE Y TU MADRE?

Un amigo italiano en cuya casa nos hospedábamos, me preguntó cuál era nuestro plan de visitas para el día siguiente. Cuando le dije que íbamos a Positano, Sorrento, Amalfi... Me contestó: Ah, la Costiera Amalfitana, la piu bella del mondo. Cuando me encontraba transitando por la carretera de la costa, con sus curvas no aptas para nerviosos, entendí a la perfección que mi amigo estuviera tan orgulloso y tan seguro, porque aquello es para verlo, sentirlo y gozarlo.
Allí, a la Isla de Ischia, nos traslada Wilder para ofrecernos esta maravillosa comedia romántica que consigue ser del agrado de aquellos (y sobre todo aquellas) que gustan de las historias de amor y de quienes gozan con la comedia.
Y por si no sabemos que estamos en un paraiso para los sentidos, llena la pantalla de luz y color, los elementos que caracterizan por encima de otros, cualquier lugar del Mediterráneo.



Este film, que en su día recibió alguna que otra crítica de esas que te tiran por tierra y que para muchos es una obra menor de Wilder, compendia muchas de las constantes de su cine. Una crítica inteligente e ingeniosa hacia la sociedad norteamerica, su prepotencia, la reacción que esta provoca en el resto del mundo, la moral tradicional cargada de hipocresía y alguna cosilla más. Siempre desde ese punto de vista lejano a la amargura y envuelto en amabilidad y, por supuesto, mucho humor.


Una interpretación en su línea de Jack Lemmon, todo un acierto elegir a Juliet Mills para un papel en el que se huye de la belleza convencial y se busca una chica "más normal" y algunos secundarios, encabezados por la genial actuación de Clive Revill, que redondean un elenco para dar vida a un guión que echa mano de todos los tópicos sobre los italianos y que, como queda dicho, critica algunos de los también tópicos vicios norteamericanos, pero que lo hace con tanta inteligencia, con tan buen humor y, sobre todo, con tanta dulzura, que en ningún instante resulta grotesco y que tiene frases, diálogos y gags realmente desternillantes.
Una preciosa banda sonora, en la que Carlo Rustichelli, que había trabajado con algunos de los directores italianos más conocidos (Pietro Germi, Gillo Pontecorvo, Mario Monicelli, Dino Risi...), arregla canciones italianas de siempre, que ponen un delicioso fondo a la historia que se nos narra.


Algunos de los temas de los que habla, dependiendo de la manera de pensar de cada uno, pueden ser más o menos discutibles, pero hay uno que es innegable para cualquiera: Si viviéramos más despacio, disfrutaríamos más de lo que nos rodea.
Si alguna vez estás estresado, recuerda que todos los años, del 15 de julio al 15 de agosto, una habitación te espera en el Gran Hotel Excelsior de Ischia.

Permesso?
Avanti!


domingo, 30 de enero de 2011

SHANGRI-LA



















Uno de los objetivos al que más expediciones se han dirigido es Shambala, un lugar que forma parte de las tradiciones induista y shamanista y al que algunos conocen como Shangri-la, identificándolo con esa especie de paraíso en la tierra que James Hilton, en su conocida obra "Horizontes perdidos", situaba en el Tibet.
La búsqueda es totalmente inutil si se hace con las perspectivas con las que lo hacían este tipo de expediciones, como las que en otro tiempo iban en busca del Grial, pues el Shambhala o el Reino Oculto, no existe en el plano físico. El equívoco proviene de cómo los ojos occidentales ha interpretado algunos textos religiosos tibetanos, en los que este conocimiento supremo, se describe con la idea física de cómo sería el Shambala: Un loto de 8 petalos porque está constituido por 8 regiones cada una de ellas rodeada por un anillo de montañas. En el centro del anillo más interno esta Kalapa, la capital y el palacio de Kingos. Todo compuesto de oro, diamantes, gemas preciosas y coral. La capital Kalapa está rodeada por montañas hechas de hielo que brillan con una luz cristalina.
Pero hay gente, para quien el dios supremo es el dinero y el poder, que no entiende que haya personas en el mundo, cuya vida transite por estos místicos caminos.

sábado, 29 de enero de 2011

LA VIDA PRIVADA DE SHERLOCK HOLMES

Si no supiera quién dirigió esta película, confieso que jamás lo habría adivinado.
Aquí tenemos al "otro" Wilder, hablándonos del "otro" Holmes.
Una película que se sale de los parámetros a los que nos tiene acostumbrados Billy Wilder, un capricho (en el mejor sentido de la expresión), un trabajo de esos que se cogen con deseo y en el que seguramente estuvo trabajando largo tiempo, para retratar el lado humano del más famoso detective de todos los tiempos y el que ha sido protagonista de más adaptaciones cinematográficas.
Estamos acostumbrados a que se nos narren las aventuras de Sherlock Holmes como si asistiéramos a los capítulos de un serial, cada peli que se ha hecho sobre él, salvo puntuales excepciones, es uno de esos capítulos en los que asistimos a su singular facilidad para resolver los casos más enrevesados.


Esta película es algo más, como decía al principio, se nos presenta el lado humano del personaje de Conan Doyle. Toda la primera parte del film, está dedicada a eso, a desmitificar un tanto al personaje que conocemos y a decirnos que, en realidad, su inseparable Watson, sólo contaba una parte de lo que ocurría, precisamente aquella que ayudaba a engrosar su leyenda.
Con el recurso de contarnos cómo una famosa bailarina rusa desea que Sherlock le dé un hijo, se nos habla, huyendo del morbo y con el inteligente humor al que Diamond y Wilder nos tienen acostumbrados, de su homosexualidad, de sus afición por la droga y, también, de que no era tan infalible como creemos.


En la segunda parte, se nos presenta uno de estos casos, cuando ya el amante de las aventuras de Holmes, cree que se ha equivocado de film y que en este no va a haber investigación alguna. La hay, pero peculiar, no al uso de las que hemos visto otras veces, ya que el amor y la inteligencia de su rival, van a llevar a Sherlock a equivocar las conclusiones, al menos en primera instancia y será solamente la información que le facilite su hermano, la que le saque del error.


Buenas y logradas interpretaciones de los desconocidos Robert Stephens y Colin Blakely, como la pareja Holmes&Watson y la curiosidad de ver a Christopher Lee (que había interpretado al propio detective), encarnando al hermano del protagonista.
Una ambientación muy conseguida que durante buena parte de la película se ve ayudada por los magníficos paisajes de Escocia, donde se traslada la acción, lo que redunda en que el director de fotografía Christopher Challis, nos ofrezca algunas estampas muy bonitas. Y de quien no podemos olvidarnos es del autor de la banda sonora, el compositor Miklos Rozsa, cuyo "Concierto para violín", había entusiasmado a Wilder.


Después de verla, he sabido que la peli estaba pensada (y rodada) para durar tres horas, pero que los productores debieron presionar para que la recortara. De manera incomprensible (seguro que hay una explicación que desconozco), Wilder lo dejó todo en manos de su montador y según el propio Wilder, este había hecho una carnicería que hizo que se le soltaran las lágrimas al ver el resultado.
¿Dónde están los trozos que faltan? Un misterio, quizá para ser resuelto por el propio Holmes, pero es una pena que no hayan aparecido, pues si lo que ha llegado a nosotros es para algunos una obra maestra, qué sería el original, al lado del cual, esta otra era, para su propio director, un desastre.




viernes, 28 de enero de 2011

PROCLAMA DE LA JUNTA DE VIZCAYA

La represión francesa en el País Vasco fue muy cruenta desde el primer instante. También desde el primer instante fue clara la determinación de las juntas vascas de defender a España y a la Corona contra la invasión napoleónica. Y lo hicieron invocando su españolidad. Hay un documento que no deja lugar a muchas dudas, la proclama de la Junta de Vizcaya en el mismo año de 1808, apenas desencadenado el levantamiento contra los franceses, y que es un auténtico llamamiento a la unidad nacional española. Decía así:
"Los vascongados a los demás españoles. Españoles: somos hermanos, un mismo espíritu nos anima a todos. Aragoneses, valencianos, catalanes, andaluces, gallegos, leoneses, castellanos, olvidad por un momento estos mismos nombres de eterna armonía y no os llaméis sino españoles. Recibid como prueba incontrastable del espíritu que nos anima, los holocaustos que ofrecen a la libertad española los Eguías, los Mendizábales, los Echevarrías y otros infinitos vascongados".
Son palabras que, oídas hoy, a muchos sonarán increíbles, empezando por un buen número de vascos, sometidos durante los últimos años, de manera incansable y eficaz al adoctrinamiento del nacionalismo, que ha falseado la Historia, pero la realidad es la que es: los vascos, como los catalanes, fueron patriotas españoles como el que más. Y ahí estaban, en efecto, "los holocaustos que ofrecen a la libertad española infinitos vascongados", como decía la proclama.

jueves, 27 de enero de 2011

EN BANDEJA DE PLATA

Lo que ocurre con Wilder, como con otros grandes, es que después de ver películas como esta, nos queda la sensación de poca cosa cuando vemos esas otras que solemos llamar menores. No hace falta que nadie le deje en evidencia, se deja él mismo al poner alto el nivel, tan alto que este film que hubiera dado fama a algunos de los que nunca llegaron a la cima, muchos lo sitúan en un segundo escalón de su obra. De cualquier modo, sea el escalón que sea, estamos ante una gran película.
Y por si esto fuera poca cosa, que no lo es, asistimos en primera fila al nacimiento de un tándem de los que marcan época: Jack Lemmon y Walter Matthau. Sólo este hecho, ya vale para reservarle a la cinta un renglón en la historia del cine.
Pero hay más, es verdad que en algunos momentos la acción va un poco atascada, pero en otros, el mejor Wilder fluye en todo su esplendor.


El guión, del propio Wilder y de su inseparable I.A.L. Diamond, es una maravilla. Partiendo de un accidente laboral, la película hace una crítica dura, inteligente y cargada de humor contra la codicia, la hipocresía y el engaño tramposo.
No se para ahí, porque la parodia, que se centra en esos tramposos que pretenden aprovecharse de una nimia situación para sacar dinero por medio de una denuncia, se extiende a las compañías de seguros, que cuando han de pagar ponen todo tipo de obstáculos y a la familia americana, a través del matrimonio fracasado del ingenuo protagonista y su codiciosa esposa.


La pareja protagonista está genial, pero sobre todo Walter Matthau (Óscar al mejor actor secundario), cuya figura se alza inconmesurable en una magnífica actuación, donde empezamos a disfrutar de esa riqueza gestual tan maravillosa y tan suya, inimitable.
Lemmon repite ese papel que tan magistralmente interpretó tantas veces: El hombre normal, cualquiera de nosotros, el pardillo que se deja llevar por el abogado sin escrúpulos que además es su cuñado. Como él mismo dice, es verdad que a veces engorda la cuenta de gastos que presenta a su empresa, pero el sentimiento de culpa acaba asomando.
En el otro lado de la balanza, quizá la única persona buena: Bum-Bum Jackson (Ron Rich), el que nos reconcilia con la humanidad y nos recuerda que también hay gente honrada, a pesar de todo.


Un film que mezcla todo el humor ácido e inteligente de Wilder para hacernos llegar su crítica, con la ternura, lo que nos deja, al final, unos sentimientos encontrados entre la risa que nos regala alguno de sus geniales diálogos y la tristeza de ver retratadas algunas de las miserias del hombre moderno.



miércoles, 26 de enero de 2011

LA GESTA DEL LAGO ILMEN

Cómodamente instalado en Rastenburg, mientras sus tropas morían de frío combatiendo a los rusos, por falta de uniformidad adecuada, Hitler leía la documentación contenida en un gran paquete que el general español Agustín Muñoz Grandes, le había remitido.
Era el relato de lo que, para muchos, fue la última gran gesta del ejército español. Si la de los Últimos de Filipinas quedó casi olvidada, esta, fue literalmente enterrada. En los años posteriores a aquello, a nadie interesaba que se supiera que la "Blau Division" había formado parte de la Wehrmacht.
Patrullas rusas dotadas de esquís, raquetas y patines, atacaban frecuentemente y por sorpresa a los puestos de vigilancia y posiciones aisladas españolas a lo largo de la orilla del lago Ilmen. El general Muñoz Grandes, ordenó al teniente José Otero de Arce, la creación de una compañía de esquiadores con la misión de patrullar continuamente los bordes del lago en un frente de ocho kilómetros entre Babky y Spasspiskopez. Estamos en noviembre de 1941.
A principios de 1942, el frente no estaba delimitado cláramente y una unidad del ejército alemán con 543 hombres, al mando del capitán Pröhl, queda cercada en Wswad. El general Busch no dispone de un solo hombre, pero no se resiste a abandonar a aquellos alemanes que se encuentran atrapados, entonces piensa en la División Azul, y otro general, von Chappuis, que se distinguía por ignorar a los españoles, no tuvo más remedio que pedir ayuda a Muñoz Grandes.
La compañía de esquiadores española, recibe la misión de enlazar con las tropas alemanas cercadas, para ello habrá de atravesar en diagonal la helada superficie del lago.
Aún es de noche aquel 10 de enero, forman las tropas, el teniente Otero de Arce da la novedad al capitán José Manuel Ordás Rodríguez, que va a mandar la expedición.
Forman seis Secciones de la Compañía Divisionaria de Esquiadores 250, mandadas por los tenientes Vicente Castañer Enseñat, Antonio García Porta y Jacinto del Val, y los alféreces Germán Bernabéu del Amo, Joaquín García Lario y Alfonso López de Santiago. El personal de la Plana Mayor del teniente José Otero de Arce, jefe de la Compañía, compuesto de un sargento, tres cabos y doce soldados. A estas tropas se habían agregado tres tenientes, un sargento y tres soldados del Grupo de Exploración; los tenientes eran Bernardino Domínguez Díaz, jefe de la unidad, Pedro Sánchez Bejarano, médico, y el intérprete Constantino Alejandrovich, un ruso blanco que había combatido en La Legión durante la pasada guerra española y que había cruzado el Ilmen anteriormente en misiones de enlace, y los también intérpretes Willie Klein y Michael Schumacher, de la Wehrmacht. Otras fuerzas agregadas eran las del Batallón de Depósito 250: Un cabo y once soldados, y las del Grupo de Veterinaria: siete soldados. Más los dos sargentos, los dos cabos y los cinco soldados de la Plana Mayor de la 5.ª Compañía Divisionaria de Antitanques.
Los guías que señalaban la dirección de marcha, Miguel Piernavieja y Marcos García, comprueban que al llegar a la orilla del lago la temperatura es de 56º bajo cero.
Los 30 Km. que, en teoría, les separaban de su objetivo en línea recta, se convierten en un infierno helado.
Se ven obligados a rodear las inmensas grietas surgidas en la superficie helada del lago, además de otro sin fin de obstáculo. La nieve acumulada en los ventisqueros, hace que los caballos que tiraban de los trineos se hundan hasta los corvejones y los hombres hasta el vientre, dificultando la marcha.
En la mañana del día 11, tras 26 horas de caminata, llegan a la orilla del lago, pero descubren que los obstáculos les han desviado hasta Ustrika, 15 Km. al oeste de su destino.
El capitán Ordás informa a Muñoz Grandes: "Después de atravesar seis grandes barreras de hielo, grietas con agua a la cintura, hemos llegado a U... A causa del frí­o, Radio y brújulas averiadas. Tenemos 102 congelados, de ellos 18 graví­simos. En las simas del Lago hemos perdido algunos trineos"
Muñoz Grandes contesta: "Sé de vuestro esfuerzo durante penosí­sima marcha que habeis realizado. La guarnición alemana sigue defendiéndose valientemente y hay que socorrerla cueste lo que cueste aunque queden todos los nuestros sobre el hielo. Con los que te queden, con muy pocos, tu solo si es preciso, seguid adelante. O se les salva o se muere con ellos"
En los días sucesivos continúan su avance por la orilla del lago, tras conocer que 3.000 esquiadores siberianos cercan a los alemanes en Wswad. Siguen las penalidades tremendas y apoyados por 40 soldados letones de la 81ª División de Infanteria de la Wehrmacht. Sufren ataques de aviones, enfrentamientos con tropas rusas, incluso a la bayoneta, de tanques...
El 18 de enero de 1942, el cerco a la localidad de Wswad es total. La posición amiga más próxima está a doce kilómetros al Suroeste, y es la aldea de Maloye Utschno guarnecida por veintitrés soldados españoles y diecinueve letones, al mando de los alféreces Joaquín García Lario y Alfonso López de Santiago.
Los soldados Juan Muñoz Cassini y Fernando Martínez Laredo hacían guardia en el confín oriental de Maloye Utschno; en el occidental y metido en un pozo de tirador, vigilaba Julián Martín Fabián; en el meridional estaban el cabo Feliciano Cañedo Águilas y el soldado Manuel Sanchís Sánchez; en la zona septentrional se situaba el cabo Julio Mariño Barrios. El intérprete del destacamento español era el sargento Michael Schumacher. El termómetro ha descendido a 51º bajo cero durante la noche.
A las siete y cuarto de la mañana del 19 de enero se desató la ofensiva soviética contra la aldea y su exigua guarnición.
A las siete y media de la mañana Maloye Utschno ha dejado de existir como posición española.
Desde la guarnición de Pagost Ushin, se escucha el estruendo de la desigual batalla y una Sección al mando del teniente Otero de Arce sale en dirección a Maloye Utschno. Son las diez y media de la mañana y hay 52º grados negativos en el ambiente. La diminuta columna de exploración y rescate la forman ocho españoles seguidos de dos trineos y por detrás un Panzer alemán de 24 toneladas y dos Secciones alemanas de la 81.ª División.
Los esquiadores españoles han de contraatacar con lo que tienen la aldea de Maloye Utschno y socorrer a los compatriotas allí destacados. Los expedicionarios temen lo peor; dudan que alguien haya sobrevivido al ataque.
Los refuerzos alemanes se retrasan, como si no les venciera la prisa que empuja a los españoles que no esperan el reagrupamiento.
—¡Alto!
Unas sombras se mueven hacia los expedicionarios; parecen cuerpos tambaleándose.
—¡Alto! ¿Quién vive?
—¡Españoles! ¡Somos españoles!
Son cinco españoles y un letón; el número de supervivientes del ataque a la posición de Maloye Utschno.
A las 4'45 de la madrugada del 21 de enero, el teniente Otero de Arce, un sargento y cinco soldados, retomaron el camino del lago. A las 5'30 percibieron sonidos, voces, relinchos y crujir de pasos, y el teniente ordenó disparar las bengalas según la secuencia prevista. Al cabo, aunque pareció una eternidad, la secuencia de bengalas obtuvo respuesta, a su resplandor distinguieron los españoles las manchas difusas de una columna en marcha.
Oyen gritos en la oscuridad: "¡Kameraden! ¡Kameraden! ¡Kameraden! " Y relinchos y chirriar de patines.
Las siluetas de los soldados alemanes se perfilan en la plateada oscuridad, son muchos y vienen enfundados en gruesos capotes y blusones de camuflaje; detrás de la vanguardia se deslizan varios trineos.
El teniente Otero de Arce y el capitán Pröhl se estrechan la mano antes de abrazarse.
Los soldados alemanes abrazan a los españoles, que son pocos pero tremendamente animosos y que ahora los preceden, habiendo cumplido por fin la misión, camino de Pagost Ushin.
A pesar de los pocos efectivos que quedaban, el 24 de enero se presentan todos voluntarios para participar en la reconquista de las aldeas Maloye y Bolsloye, que ellos ya habí­an conquistado anteriormente, a pesar de las súplicas alemanas para que no tomaran parte en esas acciones, volviendo a sufrir más bajas. Cuando entraron en Maloye Utschno, los españoles descubren los cadáveres de algunos de los suyos (el alférez Joaquín García Lario, Juan Muñoz Cassini, Julio Mariño Barrios, el sargento intérprete Schumacher...) El termómetro señala 58º bajo cero; han dejado de funcionar los cerrojos de los fusiles.
Lo cierto es que a ellos Hitler les importaba tres narices; lo cierto es que estaban allí para luchar contra el comunismo de Stalin y lo cierto es que de los 206 soldados españoles, sólo volvieron 12, quedándose los 194 restantes enterrados en el hielo del lago Ilmen.
Por esta actuación la Compañí­a de Esquiadores recibiría la Medalla Militar colectiva y su jefe, el capitán Ordás, la individual. Los alemanes reconocieron el valor de los esquiadores españoles y les concedieron además 32 cruces de hierro.
Acciones como esta dan pie a creer que fuera cierta la frase atribuída a un general alemán: “Cuando veais a un soldado desaliñado, indisciplinado y sin afeitar, cuadraos. Es un héroe español"

martes, 25 de enero de 2011

BÉSAME, TONTO

Todo un descubrimiento para mí, esta película de 1964, de la que nada recordaba, suponiendo que alguna vez la hubiera visto, cosa que dudo porque, ya digo que no recordaba "niente"
Viendo filmes así, es cuando uno acaba por rendirse a realizadores como este.
Como ha comentado alguna vez Ethan, lo bien que se lo debían pasar Wilder y Diamond escribiendo los guiones. Todo un prodigio de ingenio, de inteligencia, de saber manejar las situaciones para que resulten cómicas, pero al tiempo, Wilder va dejando caer sus puyas, sus ácidas críticas a la mojigatería hipócrita de la sociedad y también, ya de paso y por repartir para todos, al propio mundo de la farándula en el que se mueve, a esos artistas que miran al resto de la humanidad como si fuéramos paletos, como si tuviéramos que ir rindiéndoles pleitesía continuamente y tuvieran derecho de pernada sobre nosotros, sin darse cuenta de que aunque les admiremos, somos igual o mejor que ellos como personas.


Las genialidades no se limitan a los diálogos, sino que tiene montones de gags de un humor tan efectivo y efectista como inteligente.
Magnífica, por ejemplo, la escena que sirve de soporte a los títulos de crédito iniciales, la de los camareros.
No menos genial la crítica que hace a la televisión: Polly (Kim Novak) la tiene puesta todo el día para entretener al loro. Y lo más sangrante es que le entretiene. Sencillamente (y perdón por repetirme) genial.


La cinta tuvo problemas de aceptación en su momento, pues al fin y al cabo relata sendas infidelidades en el matrimonio entre Orville (Ray Walston) y Zelda (Felicia Farr), su "costillita", com él la llama.
El asunto, que arranca con los celos enfermizos de él y la ambición por triunfar como compositor de canciones junto a su amigo Barney (Cliff Osmond), aprovechando la visita fortuita del cantante de éxito Dino Latino (Dean Martin) y está tratado con tanto cariño, humor, sutileza y comprensión, que no resulta para nada escabroso, sino tierno y sencillo.


Quizá la interpretación más floja es la Dean Martin, el resto esta bien o muy bien. Impresionante y explosiva Kim Novak y guapísima Felicia Farr.
Peli entretenida y de alta calidad cómica. Una crítica a la sociedad muy bien llevada y muy jugosa.



lunes, 24 de enero de 2011

EL CABALLERO DE LA MAISON ROUGE

Soplan vientos turbulentos en toda Europa, pero especialmente en Francia, donde el rey ha sido ejecutado y el resto de la familia Capeto está en prisión en espera de juicio que les llevará, con toda seguridad, al cadalso.
En este contexto se sitúa la novela de Dumas que nos narra, mezclando hechos verídicos con ficción, el episodio conocido como "El affaire de oeillet", o el affaire del clavel, debido a que los mensajes que el marqués de Rougeville le enviaba a María Antonieta iban escondidos entre los pétalos de esta flor.
Al parecer, aunque esto no lo he podido comprobar, Alejandro Dumas pretendía llamar a esta obra "El caballero de Rougeville", pero una apelación a los tribunales de un descendiente de este noble, le hizo desistir y cambiar el título.
De la mano del oficial de las tropas republicanas Maurice Lindey, de su amigo Lorin y de su amada Geneviève, conoceremos los sucesivos intentos del Caballero de la Maison Rouge para liberar a María Antonieta, en los que ellos se ven implicados.
Una novela que se lee con gusto y que nos acerca a aquellos días de la historia de Francia, en los que el terror se había adueñado de las calles de París.




domingo, 23 de enero de 2011

IRMA LA DULCE

Una comedia romántica de sabor agridulce, al menos para mí, pues bien es verdad que Wilder nos la presenta en ese tono de humor que sólo él domina tan bien, sin embargo, el trasfondo es bien triste, aunque, como diría Lou Jacobi en su genial interpretación de Moustache, esa es otra historia.
Porque la historia que nos trae Wilder, es la que él domina, la que pone el entretenimiento por encima de cualquier otra premisa, pero no a cualquier precio, sino con la calidad que un maestro imprime a sus productos.
Así que despoja de números musicales al musical, pues según su particular visión, esto distraía al espectador; aparta cualquier intento de querernos moralizar y deja a un lado la crítica social.
¿Seguro? Bueno, no tanto, porque de vez en cuando nos regala un pequeño bailecito, por un lado y en cuanto a la crítica, ahí la deja caer con su cuentagotas que va salpicando cada poco la gotita que golpee nuestra conciencia.


Maravillosos los tres actores principales, entre los que incluyo al ya mencionado Jacobi, que lo hace fenomenal y sólo me queda la pena de no haber podido ver en el papel al actor en el que había pensado Wilder que no era otro que Charles Laughton, pero estaba enfermo. Sin duda le iba que ni pintado este cantinero cachazudo, con esa filosofía tan particular y sentenciosa que adorna con las fantasías de sus correrías por el mundo.


En cuanto a la pareja principal, Jack Lemmon y Shirley MacLaine, estaban sin duda en su mejor momento. Lemmon con ese talento que tiene para la comedia y MacLaine, quien en su época no era considerada como el ideal de mujer, pero a quien el transurso de los años ha convertido en una belleza intemporal, uno de los rostros más agradables de la historia del cine.


La ambientación me ha parecedido muy conseguida, pues aunque los decorados se notan mucho, creo que esto le queda bien al film, dándole ese aire decadente y barriobajero parisino, que queda muy conseguido.
De las varias escenas para elegir, me gustó el twist que se marca la McLaine sobre la mesa de billar.
Un film divertido, pero también muy entrañable.



viernes, 21 de enero de 2011

LOS MOSUO

Los Mosuo son un pueblo que vive en el interior de China, se trata de la última comunidad matriarcal del mundo (o una de las últimas), las mujeres administran los bienes y la economía de toda la comunidad y mantienen un sistema de relaciones en el que los hombres no compiten, es la mujer la que a partir de los 13 años elige a los hombres con los que desea relacionarse y estos frecuentan uno por uno, en diferentes noches, el lecho de la mujer. Los niños que nacen de esos encuentros nocturnos son criados por las familias de las madres y no existe el estigma de un niño que no conoce quién es su padre, nadie es insultado por eso.
Lo curioso de esta forma de vivir es que no se considera que el hombre sea inferior que la mujer o viceversa, simplemente que la mujer tiene un poco más de peso a la hora de decidir y organizar algunos temas.
Sin embargo, la forma de vida de esta tribu está amenazada, ya que los "espabilados" de siempre han visto en lo exótico de mostrar cómo estas personas viven, una forma de obtener dinero unida al turismo. Hay agencias que ofrecen viajes para visitar los poblados, pero lo peor es que alguna de ellas anuncia que en la tribu hay mujeres dispuestas a ofrecer sexo gratis, corrompiendo así su dinámica y convirtiendo la elección de la mujer en prostitución.

jueves, 20 de enero de 2011

UNO, DOS, TRES

A mí, en algunos instantes me resultó tan histriónica que me parecía que se pasaba de revoluciones. Como si fuera un panfleto, pero eso sí, un panfleto de ida y vuelta, porque reparte a diestro y siniestro sus ácidas puyas.
Hecha la salvedad, no queda sino reconocer que esto es comedia en estado puro, de esa que lo que pretende es hacer reír.
Claro que aquí tenemos ante nosotros al maestro y no se va a contentar con cumplir el trámite. Tiene que dejar su sello, en primer lugar en el guión, donde una vez más, Diamond demuestra todo su talento.
La peli es un continúo carrusel de frases ingeniosas, te estás riendo con una de sus ocurrencias y ésta enlaza con la siguiente.
Y en el plano visual, otro tanto de lo mismo, gags sin solución de continuidad. De tal modo que si algo caracteriza al film es precísamente su ritmo frenético, no hay descanso, continuamente tienes que estar atento, porque de lo contrario, te pierdes alguna de sus gracias.


La actuación de James Cagney es genial, en el que sería uno de sus últimos papeles, el tipo tiene una plenitud como sólo el bagaje que llevaba a sus espaldas te da.
El que no está a la altura, en mi opinión claro, es Horst Bucholz, en su papel de joven idealista, convencido de que el comunismo salvará al mundo. No sé qué es exactamente, pero no acaba de transmitir con su personaje.


Esta particular visión de la "Guerra fría", sin acritudes, sin ponerse melodramático, pero enseñándonos todas las vergüenzas de unos y otros y haciendo constante mofa de esos valores de los que imbuyen a la gente (a nosotros, a todos) hasta hacernos como borregos mientras ellos (los que mandan) se pegan la gran vida.
Ese paraíso en la tierra que prometen los socialistas y que nunca llega y acaba siendo como el paraíso de las religiones, que parece de otro mundo, porque siempre queda para mañana.
Ese afán por el dinero de los occidentales, que parece el sumun de la felicidad, pero que hace a la gente infeliz por la pérdida de otros valores.
Eso es lo que nos retrata Wilder en este film, a su manera, con brillantez, con inteligencia y, sobre todo, con humor, a veces con ese humor que ya estaba empezando a olvidarse entonces. Porque a base de sus idas y venidas de un Berlín al otro, de las situaciones equívocas, del ritmo creciente de la peli, de las persecuciones alocadas, del subir y bajar escaleras del chofer para abrir la puerta al jefe, nos trae cierto regusto a aquellas películas del cine mudo en el que esto mismo pero a cámara rápida, tantas carcajadas consiguió en el público de la época.


Con momentos realmente brillantes, como el del striptease de la secretaria a ritmo de la Danza del Sable de Khachaturian y que, por efecto del creciente tono musical, hace que caiga el retrato de Kruschev y aparezca debajo el de Stalin; el diálogo con el secretario alemán: "-Yo durante la Guerra estaba en el subsuelo, no me enteraba de lo que estaba ocurriendo arriba.
-Claro, y ahora me dirá que estubo en la resistencia"
Por no salvarse, no se salva ni la familia américana, de la que hace una cáustica crítica.
Es cierto que en medio de todo, de vez en cuando mezcla situaciones que vistas hoy nos parecen de un humor un tanto infantil, pero en conjunto el resultado es una gran comedia, de las de ver para disfrutar, para reír y para olvidar malos momentos.




miércoles, 19 de enero de 2011

EL JEFE

El Jefe me llamó a su despacho y me dijo que llevara conmigo el nuevo ordenador portátil que la empesa me ha comprado.
Lo puso al lado de su ordenador y empezó a comparar ambos. Al fin me dijo: ¿Por qué han comprado los ordenadores con teclado americano?
Miro alucinado, con cara de no saber de qué me está hablando.
Sí hombre, mira cómo están distribuídas las letras. Deberían empezar por la A y no por la Q.
En ese instante me doy cuenta de que durante todos los años que llevo en la empresa, mi jefe jamás ha tenido encendido el ordenador.
En mi cabeza se abre un apresurado debate. Si no le doy la razón y le corrijo, le dejo en evidencia y demuestro:
A) Que mi jefe es idiota.
B) Que a partir de ahora no le voy a respetar.
C) Que puesto que le acabo de dejar en evidencia, paso a ser alguien "peligroso", pues podría compartir esa información con otros campañeros.
¿Pero si miento y le doy la razón?
Comienzo a urdir una historia del tipo: Ah, ya sé a lo que se refiere. Ahora los hacen todos así. Antes, con los modelos SI de Compaq y con todos los modelos HP anteriores a la serie MC, podías elegir. Pero claro, los han dejado de fabricar.
(SI quiere decir: ¿Serás idiota?; MC significa: Manda Coj**es.
He de tomar una decisión rápida y no sé qué hacer.
¿Por qué me pasan a mí estas cosas? MC.

(Si te gusta, no me aplaudas, este articulillo circula por la red, pero no sé de quién es)

martes, 18 de enero de 2011

LA CUADRILLA DE LOS ONCE

Es una frase recurrente esa de que nunca segundas partes fueron buenas.
Y otra, así hoy va de refranes: La excepción confirma la regla.
Lo mejor de este film es que dio pie a ese remake de Steven Soderbergh y sus secuelas que están actualmente en cartelera, con Clooney, Pitt, Roberts y compañía y que además de tener poco que ver con esta en cuanto al argumento y desarrollo del mismo, la supera ampliamente, no soportando comparación alguna en cualquiera de las facetas en las que se puede diseccionar un film.
Así que vaya por delante mi recomendación de que no traten de comparar la una con la otra y de que no se dejen engañar por la coincidencia del título en inglés.


En realidad, creo que se trata de una cinta hecha más para aprovechar el tirón que pudieran tener en aquellos días los nombres de sus protagonistas.


Claro que esta es otra de las cosas que nos pueden llevar a confusión, ya que al igual que la cinta de Soderbergh echa mano de nombres que tienen gancho. En aquellos momentos, las figuras de Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Angie Dickinson; o secundarios como César Romero o Akim Tamiroff; tenían su puesto entre los que estaban en el candelero.


Por lo que respecta a la peli en sí, nada del otro mundo.
Casi una hora perdida en la presentación de los integrantes de la banda, antiguos compañeros de armas en la II Guerra Mundial, con situaciones poco interesantes y unas chispas de humor de ese que no hace mucha gracia.
Cuando se nos cuenta el golpe, es decir cuando supuestamente empieza la acción, más de lo mismo, mucha indefinición, situaciones poco trabajadas, nulo intento de implicar al espectador en la preparación del atraco...


Los números musicales que pueden esperarse ante la comparecencia en el cartel de Sinatra, Martín o Sammy Davis, tampoco son gran cosa, aunque la película no hace especial hincapié en esta faceta.
Quizá lo más destacable sea la puesta en escena, con un encantador ambiente años 60, una delicia, de verdad. Y los títulos de crédito, que llevan la firma de Saul Bass, todo un mito en esta faceta. Como es habitual en él, originales y llamativos.


Un film para nostálgicos de estos cantantes/actores, pero no esperen gran cosa, una peli entretenida a ratos, que te queda un poco perplejo por el poco rendimiento sacado a la historia y poco más.




lunes, 17 de enero de 2011

EL CABALLERO DE HARMENTAL

En el año 1718, se produjo el primer intento de derrocar al duque Felipe de Orleáns, regente de Francia a la muerte de Luis XIV. Este intento se conocería como “La Conspiración de Cellamare”.
Un hombre, Raoul de Harmental, a quien han despojado de su regimiento, olvidándose de los servicios prestados al difunto monarca, acepta tomar parte en la conspiración.
Novela en la que se entremezclan intriga y amor y que, sin alcanzar el nivel de las obras más conocidas de Dumas, resulta bastante entretenida.
Esta obra fue llevada al teatro, en un drama en cinco actos que se estreno en el “Theatre Historique” el 26 de Julio de 1849.

domingo, 16 de enero de 2011

EL APARTAMENTO

¿Cómo transformar la historia de un don nadie en una obra de arte?
Tengo una receta para ello. Verás, sólamente tienes que llamar a Billy Wilder para dirigir la película; encargar el guión a I.A.L. Diamond, poner al propio Wilder para que le secunde al escribirlo y, por último, darles los papeles protagonistas a Jack Lemmon y Shirley MacLaine.
Es sencillo, los genios convierten en geniales las cosas que no lo son.
Hasta esta historia, que es como una especie de homenaje a los que nos son nada, a los que no somos nada. Aquí no hay héroes, ni situaciones que requieren arrojo y valor, ni peligros acechando. Sólo personas corrientes, de las que todos los días nos cruzamos por la calle, nuestros propios compañeros de trabajo, nuestros jefes y subordinados, que nunca figurarán en ninguna relación de hombre célebres.
Tipos del montón, que es lo que somos la mayoría, la inmensa mayoría.


Qué es "El apartamento". Mucha gente os dirá que es una comedia, seguramente le pondrán un apellido, quizá una comedia dramática. Pero yo creo que es una peli difícil de encasillar, porque a nada que escarbes en su superficie y dependiendo de los ojos y la sensibilidad de quien la ve, es otras muchas cosas.


Por ejemplo, un retrato de la soledad del ser humano.
La presentación es demoledora, una instantánea de esta soledad, una foto aérea de la ciudad de Nueva York, precísamente el paradigma de las ciudades donde uno está sólo y rodeado de gente a la vez. Mientras, la voz en off del protagonista nos dice: "El 1 de Noviembre de 1.959, la población de Nueva York era de 8.042.743 personas. Tendidos en el suelo uno tras otro, suponiendo una estatura media de 1,70, llegarían desde Times Square a las afueras de Karachi, Pakistán."
Y para acabar de redondearlo, no menos demoledora la imagen panorámica de la inmensa oficina, donde los empleados paracen gallinas ponedoras en una nave.


Y él, quién es el tipo que nos habla, este C.C. Buxter que interpreta magistralmente Jack Lemmon y que le tira los tejos de una manera bastante desafortunada a la ascensorista del edificio donde trabaja (guapísima y angelical Shirley MacLaine).
Para algunos es un trepa, que utiliza su apartamento (cuyo sentido en la película, sería lo que aquí llamamos piso de soltero y que no queda bien captado en el título al traducir la expresión al castellano) para subir puestos en su trabajo de forma poco ortodoxa.
Volvamos a escarbar, en lugar de quedarnos ahí. Shirley se lo dice: Vd. es una víctima.
Y lo es, un tipo que pierde toda su dignidad, que debe arrodillarse ante sus superiores y entregarles lo que sería el símbolo de su independencia: La llave de su casa.
Y ahí estamos retratados, de nuevo, la mayoría silenciosa. Ellos, los que mandan, se meten en nuestras propias casas, dirigen nuestras vidas. Hoy nos dicen que hay que consumir, que eso es bueno para todos y mañana nos convencen de que la culpa de la crisis es nuestra porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. ¿Os suena? Pues eso, si quieres lograr un buen empleo, a callar y a tragar.


Dos almas perdidas que se encuentran en ese maremágnum de gente y cuya soledad queda magistralmente reflejada en otro de los párrafos del portentoso guión: "...vivo como Robinson Crusoe, náufrago entre 8 millones de personas. Entonces, un día vi una huella en la arena, y allí estabas..."
Al fin y al cabo, él sólo es uno de los 31.259 empleados de la Consolidated Life, el que trabaja en el piso 19, Departamento de Pólizas Comunes, División de Contabilidad de Primas, Sección W, mesa número 861. Un número, al fin y al cabo.


En medio de todo esto, tanto la relación entre ambos, como el vecino médico y su esposa, dispuestos a echar una mano cuando hace falta, son todo un canto de esperanza.
Magníficos gags y maravillosas interpretaciones para un film que discurre de forma desenfadada, pero que, sin dejar de ser graciosa, es muy triste a la vez, quizá porque cuenta la verdad, una de las mejores películas de la historia del cine.


Me quedo con el todo, no podía ser menos, pero no quiero dejar de hablar de ese gusto por el detalle, que también nos mostraba Hitchcock en sus films, ese saber convertir a los objetos en personajes de la peli: La raqueta de tenis para escurrir spaghetti, la calculadora que usa en el trabajo, el mando a distancia... y, sobre todo, la llave del apartamento, jamás una llave tuvo tanto protagonismo y creó tal grado de incertidumbre, como en esta película.