martes, 31 de agosto de 2010

CRIMEN PERFECTO

Otra de las consideradas películas menores de Hitchcock. En fin, un sarcasmo cuando uno ve algunos films que circulan y han circulado por ahí.
Muchas veces decimos que cuando vamos al cine, vamos a ver un guión escenificado, que no interesan tanto los detalles técnicos o puramente cinematográficos, si el guión es bueno. Esta peli, bajo mi particularísimo punto de vista, es todo lo contrario, quizá lo menos bueno sea el guión, al que parece que la falta algo, no acaba de transmitir, en ningún momento el espectador (yo, al menos) se siente enganchado, las explicaciones que vienen tras el asesinato (o intento de asesinato), muchas veces son inverosímiles, incluso el propio final, a pesar de reconciliarnos bastante con el director, que hasta ese momento parece que nos está tomando el pelo con algunos circunloquios bastante rebuscados e increíbles, como si careciéramos de la más mínima inteligencia, incluso con él, que como digo es bastante bueno (incluso muy bueno, no me duelen prendas), la peli en general nos deja un tanto defraudados en cuanto a la historia se refiere.


Pero si somos capaces de olvidarnos del guión, algo tan importante en una película, amigos, estamos ante cine de alta calidad. Aquí es donde entra el maestro para darnos su particular lección magistral.
Planificación al dedillo, tomas desde cuantos lugares, rincones y ángulos se le puedan a uno ocurrir, pero todas ellas dignas de cualquier antología. Magistral ilumininación, con apabullantes juegos de luces y sombras. Aprovechamiento de todos los detalles "superfluos", como si fueran verdaderos personajes (tijeras, gabardinas, llaves, escalera, costurero, medias, bebidas...).
El jugo que le saca al decorado es máximo, prácticamente toda la peli, que se basa en una obra teatral escrita para la televisión, se rueda en un apartamento, más concretamente en el salón del mismo, pues bien, en cada secuencia descubrimos algo nuevo, en ningún momento se nos hace pesado estar en el mismo lugar. Todo ello a base de eso que he mencionado, de sacar partido al atrezzo, de cambiar la cámara de lugar, para ofrecernos planos desde arriba, primeros planos, planos audaces, como aquel en el que los dos personajes que están dialogando sentados, tienen omnipresente en medio de ellos una lámpara de mesa y que a mí me encantó. Todo esto requiere de esa planificación de la que sólo algunos son capaces.


Los actores están bien, en general, pero se llevan la palma Ray Milland, interprentando al marido (Tony Wendice) y John Williams, que interpreta a un sagaz detective, alejado de eso que se ha dicho siempre de Hitch, que odiaba tanto a los polis que los ridiculizaba. Aquí este hombre se nos presenta como un eficiente y tenaz funcionario, algo engolado y muy capaz.
Flojea un tanto Robert Cummings, pero es que quizá su papel de amante, no da para mucho más y Grace Kelly, que estaba empezando, cumple y sobre todo presenta esa belleza sofisticada que creo que es lo que buscaba el director, que eligió personalmente el vestuario de su estrella, para ir pasando del impresionante rojo (el que se ve en el primer fotograma reproducido), por otro lado tan actual (con esa "torerita" de encaje que lleva, por si quedara duda de que las modas se repiten), a colores más apagados que van denotando su cambio de situación a medida que transcurre la historia.
Acompaña muy bien la música, no podía ser menos, al estar bajo la batuta de Dimitri Tiomkin y señalar, como curiosidad, ahora que está tan de moda, aunque el sistema empleado se parezca como un huevo a una castaña, que fue la única peli rodada por Hitchcock en 3D, eso sí en contra de su voluntad, ello le dio, al parecer bastantes quebraderos de cabeza.
En definitiva, no estamos ante una de las mejores películas de Hitchcock, pero es una delicia por muchos motivos.




2 comentarios:

  1. Aquí, com ejemplo de toda su filmografía, se cumple la máxima de Hitch: "Hay que rellenar el tapiz", refiriéndose a que hay que colocar objetos, decorado, atrezzo en general dentro del cuadro y que tengan algo que decir.
    Saludos!

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  2. Magnífico el partido que saca él a muchos objetos, casi convertidos en personajes.

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