jueves, 4 de marzo de 2010

LA ÚLTIMA CARGA

La primera vez que vi esta peli se pierde en la nebulosa de los tiempos y fue en un programa de televisión cuyo nombre no recuerdo. Sí me acuerdo de que la introducción la hizo el inefable Manolo Martín Ferrán (maestro de periodistas) de manera entusiasta.
No sé por qué en la versión en castellano le pusieron este título, a mí me gusta más el original: La carga de la Brigada Ligera. Así se titula también una película anterior (1936) sobre el mismo tema, dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Errol Flynn y Olivia de Havilland, que también he visto y me gusta menos que esta, porque la historia de los protagonistas, que Curtiz situa en la India y que no es la misma que en la segunda (no me refiero a la historia de la batalla, que en eso los dos films son parecidos, ya que se trata de un hecho histórico), está metida como con calzador y resulta algo falsa. Eso sí en la carga propiamente dicha, se lució, dura casi diez minutos y es un verdadero prodigio, pero en general, ya digo, me gustó menos que esta, a pesar de los nombres que figuran en el cartel.
La que ahora comento, narra, al igual que su predecesora, la derrota de la Brigada de la Caballería ligera, en la batalla de Balaklava, durante la Guerra de Crimea que sostuvieron la alianza anglofrancesa, por un lado y los rusos, por otro.
La película está estructurada en dos partes, la primera se desarrolla en Inglaterra y narra una especie de triángulo amoroso entre dos capitanes de caballería y la esposa de uno de ellos. A mí particularmente, se me hizo bastante pesada en algunos momentos esta primera mitad y la historia me pareció bastante inconsistente, con el único aliciente de ver a Vanessa Redgrave, que está en pleno esplendor de su carrera, pero que aquí tiene un papel que parece que es un antecedente de nuestra Ley de Igualdad de Generos, porque es como si la hubieran puesto para cubrir la cuota de paridad.
La segunda parte, que narra la batalla y todo lo que la rodeó, es bastante mejor y se ve con agrado debido a que el ritmo de la película pasa de ser mortecino a cobrar cierta soltura.
En cualquier caso, es como si se quedara a medias en todo lo que plantea: El antibelicismo; la ineptitud de los mandos que conducen a una derrota que raya el ridículo; la épica y el heroísmo con el que Inglaterra siempre ha pretendido envolver esta auténtica metedura de pata de su ejército que fue la derrota de Balaklava. En fin, que me parece un tanto fallida, incluso en las notas humorística que la salpican, que no acaban de hacer mucha gracia.
A destacar la puesta en escena, magnífica, con unos planos de la batalla que son todo un lujo, lo mismo que las paradas militares que nos depara la peli y el magnífico vestuario; la buena fotografía, como no podía ser menos, ya que el director de este apartado es David Watkin (Memorias de África) y, lo que a mí más me gustó, los títulos de crédito iniciales, una especie de carteles que imitan a los de la época victoriana y que también aparecen a lo largo de la película para señalarnos los cambios de tema y escenario y que se deben a los Monty Python, son muy buenos o a mí me lo parecieron.
En su momento me gustó más que cuando la he vuelto a ver.



2 comentarios:

  1. Yo también la he visto, hace un tiempo, y coincido contigo.

    Me gustó, no me ilusionó. Pero para pasar una tarde cinéfila es bastante recomendable.

    Un saludo!

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  2. Gracias por tu comentario. Otro saludo para ti.

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