miércoles, 28 de octubre de 2009

EL ATAQUE DURÓ 7 DÍAS

Empecé a ver esta peli por casualidad y cuando llevaba un rato, me dio por pensar que o ya la había visto o me sonaba de algo. Pero no era esta película, lo que me sonaba era el argumento: La delgada línea roja, la novela de James Jones que dio lugar a la película del mismo nombre que, para algunos, es de las mejores películas bélicas de la historia del cine.
¿Y entonces, esta otra? Pues esta película ha sufrido una de esas grandes injusticias del arte en general y del cine en particular, cayendo en el más absoluto de los olvidos. Se rodó en 1964, nada menos que 20 años antes (24 para ser exactos) que la película de Malik.
La trama es conocida, es una reflexión sobre el horror de la guerra, podíamos llamarla "el soldado que piensa", porque los mandos, los generales y los políticos que dirigen las contiendas, quieren ganar batallas, ganar territorios, derrotar al enemigo y para ello no dudan en emplear los medios que sean necesarios y a veces, esos medios, son personas, para ellos simples números. Si para ganar una batalla han de morir unos cuantos hombres, no importa, entra en los cálculos. Los soldados están allí para recibir órdenes, como el sargento de esta compañía de soldados noveles que está en Guadalcanal. Los jefes piensan, los soldados no, algo que el joven Dole no está dispuesto a asumir con su actitud independiente y autónoma. La película se centra en estos dos personajes y a través de ellos nos muestra a unos hombres que persiguen salir vivos del atolladero, y en el proceso temen, se acobardan, o bien arriesgan y se endurecen. En ningún momento rehuye la crudeza de los enfrentamientos, aunque es cierto que algunas escenas de combate nos pueden parecer, vistas ahora, un tanto "naif".
Pero a mí lo que más me gustó fue esa estética de película de los 60, en blanco y negro y (como diría el ínclito Pumares) una maravillosa gama de grises. En esa estética incluyo aquellos uniformes de combate de las tropas americanas en la II Guerra Mundial, que tanto nos maravillaban de críos (a mí al menos), nos relataban cosas que habían ocurrido veinte años atrás y los veíamos así equipados cuando aquí en España, teníamos un ejército zarrapastroso y eso que mandaba un general. ¡País!
Una más que digna película, dirigida por un tal Andrew Marton que, después me he enterado de que era un desconocido, ya que era un especialista en segundas unidades de rodaje y que, con pocas concesiones a la galería, supo hacer muy creíbles las escenas de combate, sin descuidar la evolución psicológica de los personajes, así como la actitud que unos y otros muestran respecto de sus semejantes y que es el verdadero tema de la película.
No puedo por menos que acabar con una cita de la novela, una frase en la que Jones resumía la esencia de su novela: Existe una delgada línea roja entre la razón y la locura.

2 comentarios:

  1. no he visto esta película xq no soy aficionado al genero belico, pero es verdad q ademas de Apocalypse Now, La delgada línea roja es lo mejor q he visto de él.

    Por cierto, ya queda menos para el estreno de lo nuevo de Malick, y será un privilegio disfrutarlo en cine

    ResponderEliminar
  2. Siempre contando "la otra historia" de los yankees.

    ResponderEliminar