El publicista Jim Blandings (Cary Grant), casado y con dos hijas, vive en un pequeño apartamento en Nueva York. Harto de los ruidos, las prisas y las tensiones de Manhattan, decide comprar una casa de campo en Connecticut; pero la casa se encuentra en tan mal estado que la única solución es derribarla y construir una nueva. La hipoteca, mil gastos imprevistos y toda clase de incidentes hacen que Mr. Blandings empiece a arrepentirse de su decisión.
El guion adapta la novela Mr. Blandings Builds His Dream House, del norteamericano Eric Hodgins que fue publicada con ilustraciones de William Steig y que, a su vez, desarrolla un artículo que el mismo autor había publicado en abril de 1946 en la revista Fortune bajo el título de Mr. Blandings Builds His Castle, un relato que narraba los problemas reales que encontró cuando se construyó una casa en New Milford, Connecticut. Según relata el propio Hodgins, la casa pasó de un presupuesto inicial de 11.000 dólares a costar 56.000 cuando estaba acabada, por lo que se vio obligado a venderla.
Con el encanto de aquellas comedias hollywoodenses de los 40, estamos ante un argumento que a base de seguir los desastres en que se va metiendo la pareja protagonista a consecuencia de la construcción de su nueva casa, consigue arrancar la sonrisa del espectador, algo a lo que no es ajena la trama paralela alrededor de la relación entre la esposa y el abogado y amigo de la familia Bill Cole (espléndido Melvyn Douglas), al que Muriel (Myrna Loy) conoce de sus tiempos universitarios, que provoca los celos de Jim, asunto tratado con elegancia, sin morbo y con mucho humor.
Un argumento que, a pesar de sus gags y divertidas escenas, como bien sabe cualquiera que se haya encontrado en esta tesitura de vérselas con un constructor, es para tomársela en serio y que años después inspiraría a Richard Benjamin para su "Esta casa es una ruina", con Tom Hanks encabezando el reparto.
Esta cinta la coloco en el apartado de "comedia de sano ambiente familiar", cuya realización, sin salirse para nada de un nivel puramente artesanal, consigue con la eficaz aplicación de pautas establecidas, momentos felices en un clima de amorosa complicidad entre los personajes, propiciando con ello un magnífico juego actoral a cargo del trío protagonista. En suma, diría que resulta una película muy agradable.
ResponderEliminarEn efecto, muy agradable y divertida.
EliminarUno de esos títulos que aspiraban a promover el American Way of Life. De hecho, recuerdo que en el último plano Cary Grant, rompiendo la cuarta pared, interpela a los espectadores con una frase del tipo: "¡Venid a visitarnos cuando queráis!".
ResponderEliminarTiene momentos muy curiosos.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarHa soportado muy bien el paso del tiempo. Me resulta muy agradable y entretenida. La de Tom Hanks ya que la mencionas, hace poco le di un vistazo y tampoco lleva mal sus años.
Saludos!
La de Richard Benjamin es muy divertida también.
Eliminar